WASHINGTON (AP).— El Banco Mundial emitió su más reciente informe de Perspectivas Económicas Globales, subrayando un crecimiento constante a pesar de desafíos como la guerra, el proteccionismo comercial y las altas tasas de interés. Sin embargo, la institución señaló que este crecimiento sigue siendo insuficiente para aliviar la pobreza mundial.
En su evaluación, el banco proyectó una expansión global del 2.7% para 2025 y 2026, una cifra constante respecto a los años previos pero 0.4 puntos porcentuales por debajo del promedio de la década de 2010. “Los choques adversos de los últimos años, como la pandemia y la invasión rusa a Ucrania, han dejado una huella persistente”, explicó el informe.
Una buena noticia del informe es la esperada disminución de la inflación global, que podría bajar a un promedio de 2.7% para 2025 y 2026, alineándose con los objetivos de los bancos centrales. Esta tendencia es clave para estabilidad económica.
En cuanto a las economías en desarrollo, el Banco Mundial proyecta un crecimiento del 4.1% para este año y del 4% en 2026. Aunque significativo, este ritmo es considerado “insuficiente” para enfrentar los niveles de pobreza global, especialmente en países de ingresos bajos, donde la expansión ha sido apenas del 3.6% en 2024 debido a conflictos en regiones como Gaza y Sudán.
El economista jefe del Banco Mundial, Indermit Gill, fue claro al afirmar que “los próximos 25 años serán una lucha más dura para las economías en desarrollo que los últimos 25”. Factores como altos niveles de deuda, inversión, el cambio climático y un proteccionismo creciente han obstaculizado el crecimiento de estos países.
Gill destacó que los conflictos globales son un factor crucial: “Tenemos guerras totales en Europa, Oriente Medio y África. Los conflictos son los peores asesinos de la economía”, aseveró.
Panorama positivo
Mientras tanto, la economía estadounidense mantiene un panorama positivo. Se espera un crecimiento del 2.3% este año, impulsado por un fuerte gasto del consumidor, inmigración que alivia la escasez de mano de obra y mejoras en productividad.
Por el contrario, Europa muestra un crecimiento anémico del 1%, afectada por altos costos de energía y una inversión empresarial débil. El informe señala que estos problemas reflejan las consecuencias de los altos precios de la energía, un factor que ha limitado el dinamismo económico en la región.
En Asia, China enfrenta una desaceleración en su crecimiento, con una proyección del 4% para 2026 debido al colapso de su mercado inmobiliario. Los consumidores chinos, desmoralizados por esta situación, han restringido sus gastos, lo que ha frenado el crecimiento interno.
India, en cambio, lidera como la economía de mayor crecimiento, con una tasa del 6.7%, respaldada por una recuperación agrícola y un gasto robusto en áreas rurales. Sin embargo, la inflación y el lento crecimiento de los préstamos continúan siendo desafíos importantes para su desarrollo.
Con disminución
El Banco Mundial destacó que el crecimiento de las economías de ingresos bajos y medios ha disminuido notablemente en las últimas décadas. En la década del 2000, estas economías crecían a un ritmo del 5.9% anual, cifra que cayó al 5.1% en la década de 2010 y al 3.5% en la de 2020.
El informe también menciona riesgos asociados con políticas comerciales y presupuestarias inciertas, particularmente en Estados Unidos. Las promesas del presidente electo Donald Trump, como la reducción de impuestos, el aumento de aranceles a bienes extranjeros y la deportación de millones de inmigrantes, podrían incrementar la inflación y perturbar el comercio global.
“Las perspectivas económicas de Estados Unidos están empañadas por incertidumbres, lo que podría impactar tanto el crecimiento global como la inflación”, concluyó el Banco Mundial.
A pesar de los retos, el informe deja entrever una recuperación parcial en los países más afectados por conflictos. El Banco Mundial estima que las economías de bajos ingresos podrían crecer al 5.7% este año y al 5.9% en 2026, siempre que disminuyan los conflictos en algunas regiones.
Es bueno que el Banco Mundial esté señalando el crecimiento, pero a veces parece que no ven lo que realmente pasa en la vida cotidiana de la gente. La economía puede estar creciendo, pero si no se traduce en mejores condiciones para todos, ¿de qué sirve? La realidad es que muchas personas siguen luchando para llegar a fin de mes.