CIUDAD DEL VATICANO (EFE).– La nueva prefecta del Dicasterio para la Vida Consagrada, la religiosa Simona Brambilla, nombró a dos delegados papales para supervisar dos institutos, uno masculino y otro femenino, pertenecientes al Verbo Encarnado. Esta congregación religiosa, fundada en Argentina en los años 80 por Carlos Miguel Buela, ha estado bajo escrutinio tras la suspensión del fundador por abusos. Buela falleció en Génova en 2023.
Competencia del dicasterio
Según una nota oficial publicada este sábado, la intervención tiene como propósito “promover, animar y regular la práctica de los consejos evangélicos, tal como se vive en las formas aprobadas de vida consagrada”.
En este contexto, el papa Francisco nombró como delegado pontificio del Instituto religioso clerical Instituto del Verbo Encarnado a monseñor José Antonio Satué Huerto, obispo de Teruel y Albarracín, y como delegada pontificia del Instituto religioso femenino Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará a sor Clara Echarte. Ambos institutos tienen su sede en la diócesis de Velletri-Segni, en Italia.
Resultados de la visita apostólica
La decisión se tomó tras una visita apostólica al Instituto femenino, liderada por sor Clara Echarte y su equipo, con el acompañamiento continuo del cardenal Santos Abril y Castelló, comisario pontificio del Instituto masculino.
El informe de Echarte reveló graves deficiencias en diversas áreas, entre ellas:
- Discernimiento vocacional y formación de candidatos y religiosos.
- Falta de experiencia y escasez de formadores.
- Estilo de vida y servicio de gobierno, a menudo en manos de religiosos inexpertos.
- Problemas en el apostolado.
Problemas vinculados al fundador
A pesar de las medidas tomadas por la Sede Apostólica para sancionar a Carlos Miguel Buela, el informe destaca que:
- El fundador sigue siendo presentado como un sacerdote injustamente perseguido por la Santa Sede.
- Las víctimas de los abusos son consideradas falsas e insinceras por parte de algunos miembros.
- Los institutos organizan peregrinaciones a la tumba de Buela, y sus escritos continúan siendo reeditados y difundidos.
Es preocupante ver cómo algunas organizaciones religiosas pueden llegar a tener problemas tan graves de manejo interno. Esto solo muestra que hay fallas en la formación y la supervisión de los líderes. Es bueno que el Vaticano intervenga, pero también hace falta que se tomen medidas para prevenir que situaciones así se repitan. La gente que busca apoyo espiritual merece instituciones responsables y bien dirigidas.