La nueva titular de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), Bertha Alcalde, toma las riendas de la institución con la misión de modernizarla, sanearla y profesionalizarla. Alcalde, quien fue designada para este cargo el 10 de enero, tendrá que enfrentar desafíos enormes, como reducir el rezago de miles de casos pendientes, mejorar la relación con las víctimas y garantizar la autonomía política de la Fiscalía, un tema particularmente complicado dentro del contexto político de la 4T.
Una de las tareas más urgentes que Alcalde tiene por delante es lograr la autonomía de la Fiscalía ante las presiones tanto del gobierno local como del federal. Este aspecto ya fue abordado por ella misma en su entrevista con los diputados de la Comisión de Administración y Procuración de Justicia del Congreso de la Ciudad de México. Alcalde aseguró que uno de sus principales objetivos será “trabajar sin presiones de poderes fácticos o grupos de interés”, garantizando que la institución opere de manera independiente y transparente.
Sin embargo, los retos son grandes. La fiscal enfrentará un aparato de justicia que ha sido criticado por su ineficiencia y falta de agilidad en el procesamiento de denuncias. Se estima que la Fiscalía tiene un grave rezago de casos, especialmente en áreas como delitos contra mujeres y violencia infantil. Alcalde tiene previsto implementar medidas como la mejora de los tiempos de respuesta en las denuncias y la capacitación del personal para agilizar el proceso de investigación.
Otro de los grandes retos será la relación entre la Fiscalía y las fuerzas de seguridad locales y federales. Alcalde ya ha reconocido la necesidad de mejorar la coordinación con la Secretaría de Seguridad Ciudadana y de aumentar la colaboración con los otros niveles de gobierno, para poder atender mejor los casos y desahogar el rezago en las denuncias. En cuanto a la corrupción interna, que es otro de los puntos débiles de la Fiscalía, varios abogados han señalado la necesidad de realizar una «limpieza» en los niveles más altos para evitar la influencia de intereses externos que interfieren con la justicia.