2024 fue un año difícil para Cuba, un hecho reconocido incluso por su Gobierno, que refleja en las estadísticas macroeconómicas el impacto de la crisis que atraviesa el país.
La isla cerrará el año con una contracción de su Producto Interno Bruto (PIB), tras haber proyectado inicialmente un crecimiento del 2%.
Esta situación se debe, en parte, a un paquete de medidas anticrisis anunciado a finales de 2023, que buscaba corregir distorsiones económicas mediante recortes en el gasto público, la eliminación de subsidios y aumentos en productos esenciales, como la gasolina, que subió un 400%.
Sin embargo, los resultados han sido discretos.
“Economía de guerra” en Cuba
Cuba enfrenta una “economía de guerra”, como la describió el presidente Miguel Díaz-Canel, con una escasez de divisas que limita las importaciones de combustible y productos básicos como alimentos y medicinas.
A ello se suman los efectos de fenómenos naturales como dos huracanes y dos terremotos, además de fallos recurrentes en el sistema eléctrico, lo que agrava aún más la crisis.
El turismo, que solía ser un motor clave de la economía cubana, no alcanzó las expectativas del Ministerio de Turismo.
El país espera cerrar 2024 con 2,2 millones de visitantes, lejos de los 2,7 millones que se había propuesto, y mucho más lejos de los 4,2 millones registrados en 2019. Para 2025, la meta es de 2,6 millones, una cifra aún más modesta.
En cuanto a las medidas de austeridad, el Gobierno destacó que el déficit fiscal para este año será un 53% menor al proyectado inicialmente, lo que representa una mejora, aunque la tasa real de déficit sigue siendo alta, con una estimación de entre el 10% y el 12% del PIB, una de las más elevadas del mundo.
Además, se espera que la inflación se ralentice en 2025, con una estimación del 25 al 30%. Sin embargo, los precios en el mercado informal, que es más amplio y abastecido, han tenido aumentos más significativos.
Incierto 2025 para Cuba
Las perspectivas para 2025 son inciertas.
El Gobierno cubano está particularmente preocupado por las repercusiones de un posible segundo mandato de Donald Trump en Estados Unidos, especialmente con la posible llegada de Marco Rubio a la Secretaría de Estado.
Aunque las autoridades aseguran estar preparadas para lo que venga, el contexto político y económico podría complicar más la situación.
Cuba cierra 2024 en medio de una crisis económica compleja, marcada por factores internos, como errores en la política económica, y externos, como el impacto de las sanciones y desastres naturales.
Con un futuro incierto, el país se prepara para afrontar un 2025 en el que la recuperación será una tarea titánica, especialmente bajo la amenaza de un segundo mandato de Donald Trump.