Brad Bird es conocido en el mundo de la animación por dirigir tres de los éxitos más grandes de Pixar: Los Increíbles 1 y 2 y Ratatouille. Pero antes de que llegara a esta casa de animación, Bird escribió y dirigió una de las películas más hermosas en la historia del cine: El gigante de hierro de 1999.
Al momento de su estreno, El gigante de hierro fue un fracaso total en la taquilla. Sin embargo, las críticas fueron bastante positivas a partir de su historia, la cual trasciende en el tiempo como uno de los relatos más emocionales y políticos dentro y fuera del mundo de la animación.
Esta película abre una conversación un tanto metafísica respecto a lo que nos hace humanos, pero también habla sobre la violencia con armas y el reflejo de la condición humana en la tecnología. Lo que pocos sabemos, es que la inspiración detrás de El gigante de hierro surgió de dos tragedias: una en la vida familiar de Brad Bird y otra relacionada con la muerte de la poeta Sylvia Plath.
Y aquí les contaremos esta historia para recordar la importancia de este película en la actualidad.
‘El gigante de hierro’
El gigante de hierro es una película de ciencia ficción ambientada durante la Guerra Fría. Aquí conocemos a Hogarth Hughes, un niño de 9 años que mientras explora el bosque de Rockwell después de un apagón, descubre a un enorme robot de hierro, el cual ha caído desde el espacio.
El gigante no se acuerda de nada; eso quiere decir que no sabe cuál es el objetivo de su existencia. Pero a lo largo de la cinta, el robot descubre el mundo junto a Hogarth, siempre inspirado por la figura de Superman en los cómics: un alien que al conectar con su humanidad a pesar de tener superpoderes, decide ser un héroe.
También vemos cómo ciertas situaciones relacionadas con la violencia, detonan en él un lado oscuro. Por ejemplo, la muerte de un ciervo en manos de unos cazadores o mientras Hogarth juega con una pistola de juguete.
Cuando un nefasto agente del gobierno descubre que el gigante ha caído en Rockwell, va en busca de él, y acosa a Hogarth para descubrir el paradero del robot. Así que manda a llamar al ejército para destruir al gigante… y aquí cosas se ponen severas, pues el robot activa de mecanismo de defensa y ataca a los militares.
Cuando el agente detona un misil con el potencial de destruir el poblado, el gigante reacciona y decide sacrificarse para salvar a Hogarth y a toda la gente. Mientras vuela hacia el espacio, recuerda las palabras del niño que le indican que es quien decide ser. Y el gigante, así, decide ser Superman. (Estamos llorando mientras escribimos esto).
Las lecciones de Hogarth con el Gigante
Como les decíamos, la película es bellísima en cuanto a que el gigante descubre las bondades del mundo junto a Hogarth, pero también se revela el lado más devastador. La escena clave de toda la cinta es cuando el robot y el niño pasean por el bosque.
Es así como se encuentran a un ciervo, el cual se acerca a ellos. El animal huye en cuanto escucha un ruido, y sin aviso, unos cazadores le disparan y lo matan. Cuando estos ven al gigante, lo llaman “monstruo”. Esta es la primera vez que el gigante, después de su caída, conoce el concepto de la muerte.
Hogarth le explica al gigante que la muerte del ciervo no es su culpa, y que las cosas mueren como parte de un ciclo natural de las cosas. Sin embargo, lo que resulta contrario a la naturaleza es cuando los seres vivos mueren en manos de alguien. “Es malo matar“, le dice, “pero no es malo morir“.
¿La razón? Hogarth le dice que si algo o alguien tiene sentimientos, es porque tiene alma. Y si el gigante reacciona ante la muerte del ciervo, entonces también tiene alma, y de esa manera trascenderá, pues el alma no muere. (Continuamos con el llanto).
Esa escena del ciervo y la plática entre el gigante y Hogarth no sólo es importante para el desarrollo de ambos personajes, sobre todo del primero. Sino que es la clave detrás de parte de la historia que inspiró la película.
Sylvia Plath y ‘El gigante de hierro’
La relación entre los poetas Sylvia Plath y Ted Hughes, es una de las más conocidas en el mundo de la literatura. Tuvieron una relación llena de pasión que los llevó a casarse y tener dos hijos. Plath cayó en una fuerte depresión alimentada por las infidelidades de Hughes, específicamente por su amorío con otra escritora llamada Assia Wevill.
Después de separarse y tras el abandono total de Hughes, Plath se quedó sola en Londres junto a sus hijos. Fue así como en 1963, se quitó la vida. Pero la historia no termina ahí. Hughes y Wevill mantuvieron su relación y tuvieron una hija, pero la relación también quedó marcada por las múltiples infidelidades del poeta.
Para ayudar a sus hijos (los que tuvo con Plath) a sobrellevar la pérdida de su madre, escribió en 1968 la novela The Iron Man: A Children’s Story in Five Nights en el que un gigante de hierro que al entablar una relación con un niño, salva al mundo de un dragón que viene del espacio.
*En 1969 Wevill le quitó la vida a su hija de cuatro años y después de suicidó.
La tragedia personal de Brad Bird
Cuando Warner Bros. se acercó a Brad Bird para ofrecerle la dirección de El gigante de hierro basada en la obra de Ted Hughes, el director aceptó de inmediato, pero propuso algunos cambios en la historia para acercarla más a la realidad.
Bird se acercó con los ejecutivos y lanzó el pitch de la película: “¿Qué sucedería su un arma tuviera alma y no quisiera ser un arma“. La relación personal vino de una tragedia terrible para el director: en 1989, la hermana Bird, Susan, murió cuando su esposo le disparó con un arma de fuego.
“Cuando matas a alguien, no sólo matas a esa persona, sino a todas las personas que la amaban“, dijo el director. En la película, cuando Hogarth le explica al gigante que matar es antinatural, también le habla sobre la existencia del alma, algo que está íntimamente relacionado con la existencia del gigante.
Brad Bird nos dice, a través de El gigante de hierro, que en la vida real si bien el arma no tiene alma, quien sí la tiene es la persona que la empuña. Y cuando detonan el arma, esa persona decidió quién sería: un monstruo, un monstruo que mata.
Por eso es tan significativa la parte en la que los cazadores, al ver al gigante, le gritan “monstruo”. ¿Quiénes son realmente los monstruos si fueron ellos quienes mataron a un ciervo?
¿El gigante de hierro inspiró la famosa cumbia
Sabemos que las historias detrás de El gigante de hierro son bastante tristes. Así que para aligerar un poco el ambiente, les contaremos cómo es que esta película inspiró una de las cumbias más populares para convertirse en una historia sobre el amor de un padre y su hija.
En 2004, una banda de puebla conocida como Grupo Soñador, lanzó el hitazo sonidero titulado “El gigante de hierro” (también conocida como “El paso del gigante”). El autor de la canción, Alberto Tlahuetl, contó que la película de El gigante de hierro era la favorita de su hija Lucero.
Fue así como después de un sueño en el que un gigante de hierro paseaba por las calles de Los Angeles, se puso a escribir la letra y la melodía. Lo más bonito es que la dedicó a su hija.