Cerca de 40 mil personas firmaron una petición para evitar talar el abeto destinado a ser el árbol de esta Navidad de la Plaza de San Pedro, el cual procede del Valle de Ledro, en el Trentino (norte de Italia).
Dicho árbol es conocido como el Gigante Verde, siendo un majestuoso ejemplar de 30 metros de altura.
Ante la decisión de ‘regalar” este abeto secular al papa Francisco, como es tradición cada año desde las localidades alpinas italianas, habitantes de la comunidad de Ledro le escribieron pidiéndole que bloqueara esta “decisión sacrílega” y se lanzó una petición en la plataforma Change.org que ya ha recogido 40 mil firmas.
En apoyo a la movilización un abogado presentó también una demanda para prohibir la posible tala del Gigante Verde, que se alza entre las montañas a unos mil 200 metros sobre el nivel del mar, cerca del lago de Garda y “a lo largo de sus 200 años ha resistido acontecimientos terribles, guerras, tormentas…ofreciendo sombra y refugio a cualquiera que busque un descanso”, explican.
Estamos en contra de este sacrificio inútil”, afirman los comités y asociaciones locales. “Es incoherente hablar de luchar contra el cambio climático y luego perpetuar tradiciones como ésta, que exigen la eliminación de un árbol tan antiguo y simbólico. Sería maravilloso verlo decorado en su hábitat natural, sin talarlo”, añadieron.
Los defensores del Gigante Verde recuerdan las encíclicas del pontífice sobre la importancia de preservar el medio ambiente y lo han invitado al obispo de Roma a visitar el valle para apreciar la belleza de estos lugares incontaminados.
Asimismo critican la que la operación de tala, transporte y montaje en la plaza del Vaticano costará al ayuntamiento de Ledro 60.000 euros que podrían “destinarse a otras necesidades” de sus 5.000 habitantes.
A través de la petición, los habitantes de Ledro proponen a la Santa Sede una solución diferente: crear un árbol de Navidad artístico permanente, utilizando la madera de árboles caídos debido a fenómenos climáticos. “Una iniciativa similar, apoyada por el Papa, enviaría una poderosa señal de atención al medio ambiente”, concluyen los firmantes.
Ya en la Navidad de 2022 sucedió un episodio parecido cuando el juez y ambientalista italiano Dario Rapino comenzó una batalla legal para impedir que se talase un imponente ultracentenario abeto blanco destinado al papa Francisco y que se encontraba en una reserva protegida.
Finalmente logró evitarlo y el alcalde de Rosello tuvo que echar marcha atrás y elegir uno de los ejemplares que crecen en un vivero regional: un abeto igual de majestuoso, pero no blanco, y de aquellos que se dedican a la producción de madera.
Con información de EFE