La CDMX tiene barrios tradicionales que conservan sus relatos y costumbres, así como su arquitectura y lugares emblemáticos que los hacen realmente especiales. La colonia San Pedro de los Pinos tiene una insospechada historia que la coloca entre los lugares más entrañables de la capital mexicana. Aquí le daremos un breve repaso desde sus orígenes hasta la actualidad.
La historia de la hoy colonia San Pedro de los Pinos comienza desde los tiempos prehispánicos, ya que los antiguos mexicas tenían un adoratorio dedicado al dios Mixcóatl y del cual hoy tenemos una zona arqueológica junto al Centro Cultural La Pirámide. Este barrio es testigo de cientos de años de historia y hoy conserva algo de sus aires coloniales y su ambiente de pueblo dentro de la ciudad.
Ubicada al centro poniente de la capital mexicana, es una de las colonias más antiguas junto con la San Rafael y Clavería. Antes de urbanizarse era un área boscosa abundante en pinos, y tras la conquista, los frailes dominicos construyeron una garita en honor a San Pedro en el lugar. Y así es como el barrio obtuvo su nombre, que llega hasta nuestros días.
Algo de la historia de San Pedro de los Pinos
La zona que hoy comprende esta colonia ya estaba habitada desde los antiguos tiempos prehispánicos. Prueba de ello son algunos asentamientos encontrados alrededor de la zona arqueológica donde está el teocalli dedicado a Mixcóatl, dios de la guerra, la cacería y las tempestades. Hay que mencionar que Mixcoac es una zona vecina de San Pedro de los Pinos.
Con la conquista, lo que era un área rural se fue poblando por haciendas, rancherías y obrajes gracias a la expansión de la zona del centro de la capital. Los viajeros tenían que atravesar la Garita de San Pedro y el gran bosque de pinos para llegar a otros pueblos como Mixcoac, Tacubaya o San Ángel. Poco a poco las familias acomodadas construyeron sus quintas de verano en esta área boscosa.
Para 1882 los terrenos de los ranchos de San Pedro y Santa Teresa se fraccionaron en varias manzanas a partir de la alameda de Tacubaya. El camino a Nonoalco y San Ángel (hoy avenida Revolución) atravesaba esta área y le servía como eje central al terreno fraccionado. Para 1900 la zona comenzó a poblarse.
Cuando llegó la Revolución Mexicana, las familias de burgueses abandonaron la zona, en la que se establecieron familias de clase media. Así desaparecieron los suntuosos palacetes y casas de descanso para darle paso a algunas fábricas y viviendas de un solo nivel, así como al comienzo de la gran urbanización de este barrio.
Algunos sitios y construcciones importantes
Hoy la colonia San Pedro de los Pinos está delimitada al norte por la calle 2 y la calle 11 de abril, al oriente por Viaducto Río Becerra, al sur por avenida San Antonio y al poniente por Periférico.
Llama la atención la arquitectura que podemos encontrar en el lugar. Tenemos desde algunas casas coloniales y otras construcciones eclécticas de la primera mitad del siglo XX, hasta los modernos edificios departamentales. San Pedro de los Pinos conserva un aire de las diferentes épocas de la capital mexicana.
No pierde su ambiente de barrio apartado de la ciudad, aunque a su alrededor tenemos grandes avenidas y ejes viales que integran a esta colonia al ritmo de la capital. Entre sus construcciones icónicas tenemos la hoy Secundaria Diurna Número 8, que en otro tiempo fue un Convento de Madres Teresianas. Es una casona construida en 1895.
La parroquia de San Vicente Ferrer con su fachada de estilo barroco y neoclásico se empezó a construir en 1922 y se inauguró en la década de 1950. Es una iglesia de estilo clásico con altares, retablos y vitrales imponentes. San Pedro de los Pinos tiene dos parques: el Pombo, con un kiosko en su parte central y el Miraflores, frente al Mercado de San Pedro.
Algunos residentes famosos de San Pedro de los Pinos
Entre algunos personajes importantes que vivieron o viven en San Pedro de los Pinos tenemos al dramaturgo Emilio Carballido, el novelista Vicente Leñero, el compositor Melesio Morales, el escultor Sebastián y el cronista deportivo Antonio de Valdés. Es una colonia tranquila ideal para recorrerse a pie y que invita a sumergirse en su historia.
Hoy en San Pedro de los Pinos podemos encontrar varios comercios, restaurantes y cafeterías, además de su zona arqueológica y el Centro Cultural La Pirámide. Es uno de los barrios de la CDMX que vale la pena conocer.