La Luna, ese satélite que órbita a la Tierra y nos acompaña en las noches donde no hay nubes, sigue siendo en 2024 un gran misterio. Sólo doce personas la han pisado y cada una ha compartido una experiencia distinta. No obstante, en lo que todos coinciden es en su olor y han podido describir a qué huele la Luna.
Se trata de un aroma desconocido por el hombre, un tufo que se forma en medio de un horizonte inhóspito. Un paisaje más pequeño que Asia en el que no hay viento ni sonido posible y ni siquiera se puede silbar. La Luna es un páramo de mares de arena que no tienen una sola pisada.
Cuando el Apolo 11 aterrizó en la superficie lunar, un 20 de julio de 1969, lo primero que notaron los astronautas fue que la gravedad es apenas una sexta parte que la de la Tierra. También sintieron una paz extraña, había un silencio que nadie había escuchado nunca y después su sistema del olfato percibió un aroma único.
A qué huele la vida lejos de la Tierra
Tras sus caminatas por la Luna, los astronautas percibieron un olor parecido a ese tufo de ceniza que olemos cuando apagamos una fogata.
Este aroma aparecía en particular cuando se quitaban sus trajes espaciales. En el famoso Módulo Lunar Eagle notaban que estos se habían impregnado de una sustancia pegajosa que apestaba a carbón o a procesos químicos inflamables.
Su olfato se activaba de la misma forma que en el mundo. Y es que, aunque no lo percibamos, nuestro planeta tiene un olor.
Se trata de un grupo de partículas que desprenden las cosas que nos rodean y que son captadas por un complejo proceso químico que nos permite en un principio apreciar los olores y luego comprender qué son.
Este mismo sistema funciona aunque no estemos dentro de nuestra atmósfera.
¿Realmente huele a pólvora la Luna
Algunos de los visitantes de la Luna como Eugene Cernan, Buzz Aldrin o Charlie Duke, han sugerido que el olor es parecido a cuando acabas de disparar un arma.
Esta información intrigó a los estudiosos del satélite, entre otras cosas, porque podría sugerir que el piso de la Luna podría ser inflamable y esto cambiaría sin duda la naturaleza de los viajes.
La confusión aumentó. Afortunadamente, cuando se analizaron algunas muestras de polvo, los investigadores se dieron cuenta de que los elementos del suelo lunar no eran peligrosos.
Esto los condujo a una conclusión: el olor de la Luna se había contaminado en cuanto estuvo en contacto con el oxígeno de la estación espacial.
El escultor de los aromas de la Luna
Hace un año, el experto en olores Michael Moisseeff, presentó una muestra en Francia donde a través de los recuerdos de los astronautas recreaba el olor del satélite.
Gracias a su acervo de más de cuatro mil olores y al uso de sustancias químicas, el artista logró capturar los recuerdos de los viajeros a la Luna y convertirlos en una fragancia dentro un frasco.
A pesar de nunca haber visitado el espacio, Michael pudo crear un aroma a través de las palabras.
Para crear este perfume que nadie nunca se pondría, el francés puso especial atención al testimonio de Neil Amstrong, que dijo haber olido en su escafandra algo como “pólvora negra quemada de los viejos rifles”.
Fue así como Moisseeff estudió la paleta de olores de la pólvora. Tras varios meses de experimentación logró hacer una fragancia que mezcla notas metálicas con un poco de sulfuro y carbón.
¿A qué huele el espacio?
Además de capturar el aroma de la Luna en un frasquito, recientemente algunos astronautas de la NASA se enfocaron en crear una fragancia del cosmos y literalmente venderla como un perfume y como herramienta para los nuevos astronautas.
Este perfume tardó cuatro años en desarrollarse. Desde un inicio, su principal misión fue entrenar a los astronautas antes de sus viajes fuera de la Tierra. Y es que este aroma les permite estar alertas ante cualquier desbarajuste de sus naves.
Como en el caso de la Luna, esta fragancia también se hizo gracias a los testimonios de los astronautas que han vivido en la Estación Espacial y que han dicho que el cosmos tiene un aroma que deambula entre lo amargo, lo ahumado y lo quemado.
En ese sentido, el perfume reúne diferentes capas y es una mezcla entre lo quemado, algunas notas de ron y diminutos y extraños matices de frambuesa.
Hay que destacar que este olor ya está a la venta en Amazon, y además de ser por demás curioso, ha servido para difundir la ciencia y sobre todo la importancia de la astronomía, una disciplina que año con año le da la razón a Carl Sagan y esa frase inmortal: “Si estamos solos en el universo, que desperdicio de espacio”.