VIENA, Austria.— El Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), de extrema derecha, ganó este domingo por primera vez las elecciones parlamentarias en Austria, al lograr el 29.1 % de los votos, según las primeras proyecciones basadas en voto real, por delante del conservador Partido Popular Austríaco (ÖVP), que obtuvo el 26.3 %.
El partido ultranacionalista FPÖ subió trece puntos porcentuales respecto a sus resultados de 2019, con su mensaje anti inmigración y crítico con las medidas tomadas por el actual Gobierno, de conservadores y ecologistas, para controlar la pandemia de la Covid-19.
El Partido Popular austríaco (ÖVP), líder del Ejecutivo saliente, ha perdido once puntos desde las últimas elecciones.
Según este primer cálculo, que usa voto real como base, el socialdemócrata SPÖ sería la tercera fuerza, con el 20.9 % (-0.3).
Entran también en el Parlamento el liberal Neos (8.8 %) y Los Verdes (8.7 %) que han sido el socio minoritario del Partido Popular en el Gobierno, y que pierden más de cinco puntos.
El FPÖ, un partido aliado con formaciones ultranacionalistas y de extrema derecha de Europa como Hermanos de Italia o el Fidesz húngaro, logra así su mejor resultado electoral, superando incluso al que tuvo en 1999 el histórico dirigente Jörg Haider.
En aquella ocasión, pese a ser la segunda fuerza más votada, el partido cedió la jefatura del Gobierno al ÖVP, que fue tercero.
En esta ocasión, Herbert Kickl, líder del partido liberal de Austria, ha advertido durante la campaña que si ganaba las elecciones reclamará que se le encargue a él la formación de Ejecutivo.
En principio, el resto de partidos han adelantado su negativa a formar coalición con el FPÖ.
Herbert Kickl, líder del FPÖ
El ultraderechista Herbert Kickl, líder del partido liberal de Austria FPÖ, logró una histórica victoria electoral para su formación al ganar por primera vez unos comicios a nivel nacional desde 1945.
Con un resultado de en torno al 29 % de los votos, según los sondeos, el FPÖ se impuso con claridad al hasta ahora gobernante partido popular ÖVP y también al opositor partido socialdemócrata SPÖ, con lo que Kickl puede ahora soñar con gobernar el país, siempre y cuando logre formar una coalición.
Pese a su victoria de este domingo en las elecciones legislativas austriacas, el jefe del FPÖ es el político más rechazado del país, según los sondeos de opinión: el 60 % de los austríacos no quiere que sea canciller federal y los demás partidos políticos rechazan formar una coalición con él.
El jefe del FPÖ no destaca por su carisma personal, pero sí como estratega y orador parlamentario.
Durante años escribió los discursos del histórico líder del FPÖ, el ya fallecido Jörg Haider, y luego fue la mano derecha de Heinz-Christian Strache, el exvicecanciller que dimitió en 2019 por un gran escándalo de corrupción.
Su voluntad de estar alejado de los focos y su carácter reservado son las razones por las que no se sabe mucho de él.
Con las medidas contra la pandemia, como la vacunación obligatoria y numerosos confinamientos, Kickl se convirtió en el abanderado contra las restricciones y organizó manifestaciones multitudinarias contra el Gobierno austriaco.
Kickl se negó entonces a utilizar mascarillas en el Parlamento, dijo que nunca se vacunaría y recomendó tomar un medicamento para desparasitar caballos como alternativa al tratamiento convencional.
En 2021 fue elegido como nuevo líder del FPÖ y radicalizó aún más el discurso de su partido, defendiendo teorías de la conspiración y redoblando las críticas a la Unión Europea, al tiempo que calificó las sanciones occidentales contra Rusia tras la invasión de Ucrania como “una locura”.
Kickl niega además el cambio climático, rechaza la Convención Europea de Derechos Humanos y asegura que el aborto es una “arbitrariedad personal”.— (Con información de Luis Lidón).