B EIRUT, Líbano (AP).— El grupo político-paramilitar libanés Hezbolá confirmó ayer que su líder y uno de sus fundadores, Hassan Nasrallah, murió en un ataque aéreo israelí perpetrado en un suburbio en el sur de la capital de Líbano, Beirut.
La muerte del dirigente del poderoso grupo político-paramilitar conmocionó a Líbano y a Oriente Medio, donde fue una figura política y militar dominante durante más de tres décadas.
Nasrallah, vinculado por Israel a numerosos atentados mortales contra objetivos israelíes y judíos, figuraba desde hace décadas en la lista negra de Israel.
Su muerte es, sin duda, el mayor y más importante de los asesinatos selectivos perpetrados por Israel en años, y supone una escalada significativa de la guerra en Oriente Medio.
Hezbolá está respaldado por Irán, el principal enemigo de Israel en la región.
Las fuerzas militares israelíes dijeron que perpetraron un ataque aéreo preciso anteayer mientras los dirigentes de Hezbolá se reunían en su cuartel general en Dahiyeh, en el sur de Beirut.
Inmediatamente después de la confirmación de Hezbolá, la gente empezó a disparar al aire en Beirut y en todo Líbano para lamentar la muerte de Nasrallah.
“¡Ojalá fueran nuestros hijos y no tú, Sayyid!”, dijo una mujer, utilizando un título honorífico para Nasrallah, mientras abrazaba a su bebé en la ciudad occidental de Baabda.
“No creemos que lo hayan matado”, exclamó entre lágrimas una mujer vestida de negro a la televisora al-Manar en Bekaa, en el oeste del Líbano. “No lo creemos. Dejamos nuestras casas y vinimos aquí por él y por la resistencia”.
En sus primeras declaraciones públicas desde el asesinato, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que el ataque de Israel contra Nasrallah era “una condición esencial para alcanzar los objetivos que nos hemos fijado”.
“No era un terrorista más. Era el terrorista número uno”, agregó.
Netanyahu señaló que el asesinato de Nasrallah ayudaría a que los israelíes desplazados regresaran a sus hogares en el norte y presionaría a Hamás para que liberara a los rehenes israelíes retenidos en la Franja de Gaza. Pero ante la amenaza de represalias, destacó que en breve traerían “desafíos significativos” y advirtió a Irán que no intentara atacar.