Alguna vez el fantástico escritor Víctor Hugo dijo, “amar la belleza es ver la luz”. Y es que sólo hay que visitar el Museo de la luz para entender a lo que se refería.
Se trata de un espacio inadvertido del Centro Histórico donde podemos conocer de cerca (y de una manera muy didáctica) las propiedades, curiosidades y posibilidades que tienen los fenómenos ópticos.
Inaugurado en 1996, este museo es único en la CDMX, no sólo por la historia del edificio en el que se encuentra, sino porque en él, los visitantes tendrán la posibilidad de experimentar con todos sus sentidos la luz.
Desde la entrada se propone un viaje acústico, táctil y cromático por las ondas electromagnéticas que son percibidas por el ojo humano.Su misión es generar entre las y los capitalinos un interés por la ciencia y la tecnología.
Es también que se comprenda a la luz en todas sus dimisiones; como la mayor fuente de energía posible, como la energía capaz de mover la vida en el planeta, como lo que nos permite subsistir a todos los seres vivos, desde la planta más sencilla hasta las especies más complejas.
Del fuego a la electricidad, este fenómeno ha trastocado la existencia de TODAS las culturas de la Tierra.
En ese sentido, el Museo de la luz es algo más que un grupo de exposiciones, es más bien una asombrosa mezcla de esquemas, experimentos, actividades lúdicas para chicos y grandes y videos interactivos que nos permiten comprender la invisibilidad que nos rodea y que nos mantiene vivos.
Un poco de historia del Museo de la Luz
Aunque actualmente vive en el patio exterior del Antiguo Colegio de San Idelfonso, su primera sede fue otro recinto ubicado sólo a unos metros. Una pequeña iglesia construida por Compañía de Jesús entre 1576 y 1603 que funcionó como templo por más de un siglo y luego se convirtió en el sitio donde promulgó la primera constitución en 1824.
Años mas tarde el inmueble tuvo muchas vidas. Fue colegio militar, biblioteca y de 1944 a los años 60 fue la hemeroteca de la Ciudad de México. Finalmente, tras más de veinte años de abandono, en 1996 la UNAM lo cedió a UNIVERSUM para crear el Museo de la Luz.
Pronto, el espacio perfectamente iluminado se llenó de piezas y esculturas hechas a la vez por científicos y artistas para hablar de la luz y sus facetas. No obstante, en 2011 estas piezas se trasladaron a su ubicación actual, ahí en el corazón del Centro Histórico.
Dos indispensables, que todos debemos de ver una vez en la vida
Además de llevarnos a viajar por la luminosidad, en el recinto viven un par de obras importantísimas para la historia del arte en México.
Una de ellas es el primer gran mural que pintó Siqueiros. Se trata de una obra de 1923 que nos cuenta, de una manera barroca, la historia de las clases sociales en México acompañadas de un abanico de mitos sobre la libertad, la identidad y el amor por el pueblo.
En el patio exterior, también se puede contemplar un vitral que basado en la icónica obra de Juan Cordero: El triunfo sobre la ciencia y el trabajo sobre la pereza y la ignorancia. Un parteaguas en el arte no sólo por su técnica y profanidad, sino porque se inspiró en la filosofía positivista que más tarde tendría gran influencia en el porfiriato.
Un breve recorrido por el museo
La colección permanente del Museo de la Luz está dedicada a la exploración de las múltiples facetas que tiene este fenómeno. Desde el misterio detrás de la óptica, hasta la relación que tiene con otras áreas del conocimiento como el arte o la astronomía.
A través de varias secciones, todas interactivas, aprendernos qué es, cómo nace y por qué la luz es tan determinante para la vida. Podremos apreciar las diferencias entre la luz natural y la artificial, sus aspectos físicos más importantes y las múltiples maneras en las que esta interactúa con la materia.
En una parte de la muestra llamada “La luz y la biósfera” podremos ver una ecoesfera para descubrir cómo funciona la luminosidad en los ecosistemas cerrados. Por su parte en “Mundo de colores” entenderemos las diversas formas en las que otras especies perciben los colores y admiran el mundo.
En el museo también hay un espacio en el que los visitantes literalmente pueden hacerse un examen optométrico gracias a un gabinete antiguo y gigante.
Asimismo. en la sección llamada “La luz de las estrellas” se descubre cómo funciona el cosmos, en qué consisten esos destellos que aparecen en la noche encima de nosotros.
Finalmente, vale la pena destacar “La luz en las artes” una sección en la que se presentan muestras itinerantes con obra artistas contemporáneos que usan como eje principal los distintos fenómenos ópticos.
Dirección y horarios del Museo de la luz
¿Inspirados? Sin duda el Museo de la luz es el plan perfecto para el fin de semana, aquí les dejamos todo lo que deben de saber para que nos se lo pierdan.
Dirección: San Ildefonso 43, Centro Histórico, Cuauhtémoc, Ciudad de México
Horario: Martes a viernes de 9 a 17 h, sábados y domingos de 10 a 17 h.
Entrada general: $35.