
CHALCO (AP).— Mientras Juana Salazar Segundo caminaba por su casa de Chalco, un suburbio popular al sureste de Ciudad de México, recordó cómo el agua negra y hedionda le había llegado al ombligo tras las inundaciones de principios del mes pasado.
Ahora, con el agua a la altura de los tobillos, Juana entró en su dormitorio sin muebles, donde una bomba de agua zumbaba en un rincón. Grandes manchas negras salpicaban lo que en su día fueron paredes blancas.
Las inundaciones, mezcladas con aguas residuales, invadieron calles, viviendas y negocios en Culturas, el vecindario de Juana Salazar en Chalco, durante más de un mes. Esta zona baja, a orillas de lo que en su día fue un lago, lleva mucho tiempo sufriendo inundaciones estacionales, pero los residentes sostienen que este año fue peor por una combinación entre el crecimiento poblacional descontrolado y la infraestructura deficiente.
Según el gobierno de Chalco, más de 2,000 viviendas y más de 7,000 residentes se han visto afectados. En alguna zonas, el agua alcanzó una profundidad de hasta 1.6 metros.
En las últimas semanas, Juana Salazar, de 56 años, ha utilizado cuatro bombas de achique que funcionan durante todo el día para sacar el agua de su casa. Tiene las manos y las piernas teñidas de negro y gris por el contacto con las aguas contaminadas.
“Día y noche no dormíamos, (el agua) subía y subía”, contó Juana.
“Pero yo llevo años diciéndoles que el drenaje está colapsado”, señaló. “Todos estos días no he podido trabajar por cuidar mis cosas, que se me echan a perder. Mi hija no ha llevado el niño a la escuela… Estamos subsistiendo”, comentó.
Omar Arellano-Aguilar, un biólogo y experto en toxicología medioambiental de la Universidad Nacional Autónoma de México, apuntó que la combinación de fallos en el drenaje y la estructura geológica de la zona hacen que sea más vulnerable a las inundaciones.
“Todas estas zonas urbanas crecieron de manera desordenada en los últimos 50 años”, añadió.
Con más de 400,000 habitantes, desde finales de la década de 1980 Chalco ha crecido hasta convertirse en unas de las ciudades más grandes del Estado de México, pero todavía carece de infraestructura básica de agua y electricidad.
El presidente Andrés Manuel López Obrador restó importancia a la crisis en Chalco y señaló que no visitará la zona afectada.
“Está atendiéndose”, dijo durante una de sus conferencias de prensa diarias el mes pasado. “Es lo mismo porque no fui en su momento a Acapulco”, añadió en referencia a los días posteriores al paso del potente huracán “Otis” por la costa de Guerrero, donde causó al menos 48 muertos.
“Es temporada de zopilotes”, dijo acerca de la prensa que le preguntaba por el asunto.
Por su parte, la gobernadora estatal, Delfina Gómez, visitó el vecindario afectado unas cuantas veces. Ni Delfina ni el ayuntamiento de Chalco respondieron a las solicitudes de entrevista de The Associated Press.
En la zona han trabajado funcionarios locales, estatales y federales, con bombas de gran tamaño para bajar el nivel del agua, vacunando a los residentes y proporcionándoles agua potable.
Fuera de la casa de Juana Salazar, el sol azotaba el vecindario mientras el olor ácido de las aguas residuales y el limo se extendía por kilómetros.
A una cuadra de distancia, Óscar Martínez Hinojosa, de 49 años, ajustaba la manguera de una de sus bombas de extracción de agua.
Contó que, cuando comenzaron las inundaciones, el gobierno no les entregó botas o prendas de protección, ni siquiera comida, “y se les pidió”.
Martínez vive con los cinco miembros de su familia hacinados en una habitación del piso superior, donde no hay daños. Escaleras abajo, en el patio y en otros cuartos, el agua llega a los tobillos.
Problemas de salud
Otra residente, Guadalupe Sarai Islas García, de 32 años, indicó que los problemas de salud han aumentado a causa de las aguas residuales. Su bebé estuvo vomitando y con diarrea durante más una semana por la persistencia de las inundaciones.
“Ninguna autoridad sabe lo que es vivir en esto”, dijo. “Llegan a su casa, se dan su baño, cenan tranquilos y duermen sin preocupación alguna”.
Cuando su casa se anegó semanas atrás, Guadalupe envió a sus hijos con su madre para que no estuviesen expuestos a más suciedad. Otros residentes han tomado precauciones similares e incluso han empezado a alquilar cuartos en la vecina Ciudad Nezahualcóyotl.
Sin embargo, las docenas de camiones de los gobiernos estatal y local alineados en la calle principal de Chalco y que bombean toneladas de agua, han ayudado a reducir su nivel. Los residentes que lo han logrado, limpian ahora los escombros y el cieno de sus casas.
Hasta el fin de semana pasado, las autoridades reportaron que no quedaban calles anegadas y que habían retirado 245 toneladas de lodo. Además, extrajeron un millón de metros cúbicos de agua y han comenzado a limpiar y desinfectar 28 calles afectadas, agregaron.
En una escuela primaria ubicada en la confluencia principal, su directora, María Luisa Molina Ávila, dijo que se sentía optimista por las últimas renovaciones que habían hecho en el recinto tras los daños causados por la crecida en el centro. Las inundaciones demoraron dos semanas el inicio del curso escolar para miles de estudiantes.
“Esto es como la montaña rusa, pero ahorita, afortunadamente, ya están muchas de las calles secas”, dijo. Junto a sus dos hijos drenaron, barrieron y limpiaron la escuela para prepararla para la llegada de los alumnos.
“Es un respiro para los niños (regresar a la escuela)”, agregó.
Proyecto No descartan un túnel
No descartan construir túnel para terminar con las inundaciones en Chalco.
Probable remedio
El Gobierno del Estado de México no descartó la construcción de un túnel profundo para terminar con las inundaciones en las colonias Culturas de México y Jacalones, cuyas calles permanecieron inundadas de aguas negras durante más de un mes.
Recomendación
La creación del túnel es una recomendación de especialistas de la UNAM, porque el colector Solidaridad no es suficiente para el desalojo de las aguas pluviales.
Lo está considerando
“Estamos considerando ya la creación de un túnel, pues podemos volver a tener la misma situación, entonces viene la parte de lo que es el túnel”, dijo la gobernadora Delfina Gómez.