Parece raro decir que hace medio siglo eran los años 70. Un década por demás rara, donde los coches eran naves cuadradas, los hombres usaban bigote y pelo largo y las mujeres buscaban su identidad ahí, donde pudieran encontrarla. Pero además de sus características excéntricas, esta década fue clave para el desarrollo de la Ciudad de México.
Y es que en los años 70, nuestro país vivía el final de un fenómeno conocido como “El Milagro Mexicano”. De la mano de Echeverría y López Portillo las cosas comenzaban a ponerse difíciles, no solo por los movimientos estudiantiles, campesinos y obreros que deambulaban por las calles capitalinas, sino porque el mundo se cuestionaba el modelo de partido único que imperaba en México desde los 40.
A pesar de esto o sobre todo, por esto, nuestra urbe comenzaba a tomar la forma que conocemos ahora.
Las personas de otras ciudades de la república se mudaban para buscar oportunidades, los arquitectos construían grandes edificios y unidades habitacionales, las familias compraban televisiones y el regidor del momento mandó a explorar las Ruinas del Templo Mayor, sin saber que pronto encontrarían verdaderos palacios prehispánicos al lado de la Catedral.
Todo era diferente, pero parecido. Los chilangos estaban cansados del transporte público (como ahora), hacían filas inmensas para subirse al recién inaugurado metro (como ahora) y se iban a relajar los domingos al bosque de Chapultepec para tomar un helado y sentarse en el pasto, como se hace en estos días.
Pero, ¿cómo lucía todo realmente?. Bienvenidas y bienvenidos a este breve recorrido por otro momento de la Ciudad de México.
Inauguramos los 70 con un Mundial del Futbol
Tras el éxito rotundo de los Juegos Olímpicos realizados en 1968, la ciudad contaba con toda la infraestructura para organizar un mundial. Tras luchar con Argentina para ganar la sede, México se convirtió el primer país en organizar dos eventos de esta envergadura y el primero en transmitir los partidos a color.
El Mundial del 70 marcó una nueva era en futbol, no sólo por el célebre partido del siglo que enfrentó a Italia y Alemania, sino porque aquí se comenzó a escribir la leyenda de Pelé. Por si lo anterior fuera poco, nuestra selección logró por primera (y casi última vez) pasar a los cuartos de final. Qué tiempos aquellos.
El ganador, como era de esperarse fue Brasil.
Las mujeres y la moda de los 70
Los 70 marcaron el inicio de las grandes luchas sociales por la igualdad. Las mujeres comenzaron a ejercer su sexualidad con más libertad y eso lo podíamos ver en la moda. Pantalones gigantes con campanas, flores de colores estridentes, vestidos miniaturas, sombreros grandes.
Para escapar de las reglas estáticas de los 50, las jóvenes se hacían peinados elaborados y llevaban sus libros bajo el brazo mientras iban a la universidad para ser algo más que esposas y madres. Además compraban su ropa con vendedoras ambulantes que iban de casa en casa y ofrecían pagos pequeños.
Las mujeres fumaban, tenían sexo antes de casarse y si había problemas en las marchas le entraban a los golpes y llamaban represor a los represores, sin miedo.
¿Qué hacían los jóvenes para divertirse en la noche?
Tras los acontecimientos de 1968 y el Halconazo de 1971, los jóvenes estaban enfocados en enfrentar al oficialismo, conseguir un cambio justo en el que se les escuchara y en estudiar.
Los más fresas escuchaban a César Costa, Enrique Guzmán y otros personajes que repetían en español las melodías de pop que eran famosas en otros países. Este tipo de “muchachos bien” iban a bailes tranquilos e iban al cine a ver las películas de rumberas que en esa década estaban en su apogeo.
En tanto, los revolucionarios iban donde el rock los llamara. Mientras los conservadores los veían como una generación perdida, ellos compraban discos incendiarios de otros países, acudían a fiestas clandestinas llamadas “hoyos fonquis” y muchos de ellos fueron a Avándaro en Valle de Bravo a vivir uno de los momentos claves para la historia de la música en nuestro país.
Organizado en septiembre de 1971, este festival convocó a más de 150 mil jóvenes que querían escuchar buena música.
Entre los grupos que participaron estuvieron Ritual, Tequila, Bandido, El amor, por solo mencionar algunos. Había tanto de todo: droga, psicodelia y amor libre que las autoridades irrumpieron y acabaron con la fiesta dejando una herida que todavía no cierra. Muertos, heridos y censurados.
Cinco datos curiosos del los 70 chilangos, que necesitamos saber
1-El café costaba $4, la Coca-cola 60 centavos, las Sabritas $5, el kilo de azúcar $1,60 y la leche $2.
2-Todos los niños querían tener sí o sí una lonchera de Pancho Pantera.
3-Los niños usaban su consola de Atari para jugar Asteroids. Un juego en blanco y negro en el que un avión miniatura le disparaba a los extraterrestres más amorfos del mundo.
4-Los taxis eran amarillos y blancos y casi todos eran vochitos.
5-Los capitalinos fumaban en: cines, aviones, hospitales, cafés y camiones.