En nuestro país existen muchas leyendas del deporte que son una inspiración y un ejemplo a seguir. Sus logros nos enorgullecen a cada uno de los mexicanos y su historia se aprende de generación en generación. Aquí le rendimos un pequeño homenaje al Tibio Muñoz, un nadador excepcional y un héroe dentro de nuestra cultura deportiva.
Su nombre es Felipe Muñoz Kapamas y ganó la medalla de oro para nuestro país en la prueba de natación de 200 metros en estilo pecho con sólo 17 años de edad y contra todo pronóstico, ya que enfrentaba a reconocidos competidores mundiales como el ruso Vladimir Kosinsky, el alemán Egon Henninger o el estadounidense Brian Job.
Así, este nadador legendario consiguió un triunfo que nadie se esperaba. A propósito de los Juegos Olímpicos de París 2024, debemos tener muy en cuenta a cada uno de los deportistas que han dejado México en alto a nivel internacional.
La historia del Tibio Muñoz
“No soy un héroe”, fueron las palabras del nadador mexicano al recibir su medalla, aunque para nuestro país sí lo fue y lo seguirá siendo. Felipe Muñoz Kapamas nació el 3 de febrero de 1951 en la Ciudad de México y desde niño le gustaba practicar cualquier disciplina deportiva.
Su carrera profesional como nadador comenzó cuando tenía 12 años de edad, cuando practicaba en una alberca de 18 metros de longitud en el Club Vanguardias, donde sus padres lo inscribieron junto con sus hermanos y se podían practicar otros deportes como el basquetbol, el voleibol o el frontón.
Él dice que en estos otros deportes siempre perdía y así se decidió a dedicarle su tiempo a la natación, en la que poco a poco se hizo un lugar al quedar en los primeros lugares de las competencias. A los 11 años recibió la noticia de que los Juegos Olímpicos se llevarían a cabo en México y así se llenó de motivación para practicar el nado de una manera más disciplinada.
Más tarde realizó sus prácticas en una alberca de la Unidad Independencia, así como en la de la Unidad Morelos, las dos pertenecientes al IMSS, donde se convirtió en un seleccionado del equipo nacional, en 1966, y en esa época consiguió el famoso apodo por el que le conocemos.
La leyenda urbana cuenta que se le dio el sobrenombre de “Tibio” porque su padre era oriundo de Aguascalientes y su madre de Río Frío, en Puebla, pero este dato lo desmintió el nadador, aclarando que su padre nació en Guadalajara y su madre en la Ciudad de México, y que fue durante sus prácticas, en las que el agua de la alberca un día estaba muy fría y otros muy caliente cuando le llegó su mítico apodo ante sus quejas.
La medalla de oro del Tibio Muñoz
El nadador mexicano se preparó con esmero para las competencias internacionales. En la que ganó el oro se llevó a cabo en la Alberca Olímpica Francisco Márquez de Av. Río Churubusco, la tarde del 22 de octubre de 1968. Ya nos podemos imaginar el ambiente patriótico que reinaba en el lugar.
Al comenzar la carrera de 200 metros en estilo pecho, Felipe Muñoz fue superado por los otros competidores. Al llegar a los primeros 100 metros alcanzó el tercer puesto y para el cierre consiguió ponerse a la cabeza entre los poderosos nadadores de otras partes del mundo.
Agustín “Escopeta” González se encargó de narrar la carrera para nuestro país. En su voz se reflejaba el júbilo que se vivió cuando el Tibio Muñoz superó a sus contrincantes. Al llegar a la meta hasta los jueces olímpicos olvidaron su actitud seria y sumados a la emoción del momento, se acercaron para felicitarlo.
Felipe “El Tibio” Muñoz después de los Juegos Olímpicos de México 1968
Hasta ahora, la medalla de oro del Tibio Muñoz es la única obtenida por uno de nuestros atletas en natación, sin olvidar el bronce que María Teresa Ramírez consiguió también en los Juegos Olímpicos de 1968, en la prueba de 800 metros en nado libre.
Felipe Muñoz ganó dos medallas de plata en los Juegos Panamericanos de Cali, Colombia de 1971 y también participó en la Olimpiada de Múnich 1972. Y aunque en estas competencias quedó fuera del medallero, tuvo también una actuación sobresaliente. Después se convirtió en comunicólogo por la Universidad de Texas y en 1991 se le nombró miembro del Salón de la Fama Internacional de Natación.
En 1996 recibió el nombramiento de jefe de la Selección Nacional para los Juegos Olímpicos de Atlanta. Durante el periodo 2000-2005 tuvo el cargo de presidente del Comité Olímpico Mexicano y después se llegó a desempeñar como diputado al Congreso de la Unión de México. Hoy no ha dejado de apoyar a la natación mexicana.
Hoy recordamos con cariño la hazaña del joven nadador de 17 años y nos llena de emoción la posibilidad de que nuestros jóvenes atletas puedan obtener más oros en los Juegos Olímpicos.
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