CIUDAD DE MÉXICO.— Adriana Muro, directora de Elementa DDHH, dice en una entrega especial de Proceso que más allá de la retórica nacionalista de López Obrador, éste acabó por alinearse y por “someterse” a la nueva agenda de seguridad de Estados Unidos, en la que el combate a la cocaína se fue a un segundo plano por dos fenómenos de enorme preocupación para la sociedad y el gobierno estadounidenses: la migración y el fentanilo.
La investigación de Elementa incluye documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) obtenidos por el colectivo Guacamaya y sostiene que la información contenida en esos archivos electrónicos permite identificar temas que tienen prioridad en la agenda bilateral de seguridad: migración, extradiciones, tráfico de fentanilo y tráfico de armas.
El presidente y el alto mando de las Fuerzas Armadas pusieron a buena parte de los 106 mil efectivos de la Guardia Nacional (GN), y a unos 38 mil soldados y marinos, a realizar labores de “contención” migratoria.
Con este despliegue, México ha cumplido con uno de los “indicadores” del Acuerdo Bicentenario —el tratado de seguridad suscrito en 2021 por los gobiernos de México y Estados Unidos—, el de “reducir el tráfico y la trata de personas”. Las cifras de la Secretaría de Gobernación son elocuentes: en los últimos seis años, el número de migrantes extranjeros detenidos y deportados ha crecido 978 por ciento.
En 2018, cada día eran detenidos 365 migrantes. Este año, el promedio diario es de tres mil 936, un promedio de 2.7 cada minuto.
En la lucha contra el fentanilo, el gobierno de López Obrador también ha sido un firme colaborador de Estados Unidos, a pesar de los reparos de la Agencia Antidrogas de ese país, la DEA, un organismo de seguridad que ha quedado desplazado por el Departamento de Defensa como eje de la cooperación binacional contra el narcotráfico.
Según datos de Sedena, los aseguramientos de fentanilo en México han crecido exponencialmente este sexenio, al pasar de cinco kilogramos en 2018 a 2.3 toneladas en 2023, que representa un incremento de 46,000 por ciento.
El presidente busca llevar la prohibición de ese opioide sintético a nivel constitucional. Esa iniciativa figura en el paquete de reformas del mandatario conocido como el Plan C.
México no se involucra
México mantuvo la distancia a la hora de valorar la decisión del presidente estadounidense, Joe Biden, de retirarse de la contienda electoral de noviembre en Estados Unidos, consciente de que ese país es su principal socio y con el que tendrá que trabajar ganen los demócratas o el candidato republicano Donald Trump.
López Obrador dijo que la de Biden “es una decisión soberana que corresponde a las autoridades, dirigentes de Estados Unidos” y elogió tanto la gestión económica de Biden como la de su antecesor republicano, al que considera su “amigo”, aunque ha arremetido contundentemente contra México.
Su sucesora, Claudia Sheinbaum, tampoco se pronunció. Aseguró que no se involucrará en la elección estadounidense aunque siempre defenderá a México. “Nosotros vamos a trabajar con quien decida el pueblo de Estados Unidos”, indicó.
Las relaciones entre ambos países se han visto marcadas en los últimos años por los desacuerdos en comercio, la lucha contra los cárteles, energía y cambio climático, pero el gobierno mexicano optó por colaborar tanto con Trump como con Biden en contener la migración hacia los Estados Unidos.
Esta nota AMLO “se sometió”. El gobierno tuvo que alinearse con Estados Unidos apareció primero en Diario de Yucatán.