El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, viajó a la cumbre de la OTAN en Vilna con una aspiración clara: que todos los aliados firmen una declaración en la que se comprometan a aceptar a Ucrania como país miembro una vez haya acabado la guerra con Rusia.
Zelenski y los portavoces de su administración lo han repetido incesantemente en los últimos meses: Ucrania no quedará satisfecha con ninguna fórmula alternativa que no incluya garantías a su entrada como miembro de pleno derecho en la Alianza cuando cesen las hostilidades.
Para convencer a los aliados de la justicia de esta exigencia, la administración de Zelenski ha presentado una serie de argumentos en la que destaca la necesidad de ofrecer a Ucrania en el futuro las garantías de seguridad que no tuvo el 24 de febrero del año pasado cuando fue atacada por Rusia.
Seguridad
En Kiev están convencidos de que el origen de la guerra hay que buscarlo en la cumbre de la OTAN que se celebró en 2008 en Bucarest, cuando la inquietud de Francia y Alemania ante las posibles represalias rusas llevaron a la Alianza a dar largas a las aspiraciones de convertirse en miembros de Ucrania y de Georgia.
Lejos de calmar los impulsos agresivos de Rusia, argumentan los ucranianos, la ausencia en la cumbre de abril de 2008 de una hoja de ruta concreta para la adhesión de ambos países envalentonó al Kremlin para atacar en agosto de ese mismo año a Georgia utilizando a sus milicias separatistas títeres en las regiones de Osetia y Abjasia.
Ucrania correría la misma suerte en 2014, cuando grupos armados prorrusos apoyados por Moscú declararon la independencia de parte de las regiones de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, y la Federación Rusa se anexionó la península ucraniana de Crimea.
Ni la guerra que empezó entonces en Donetsk y Lugansk ni la invasión a gran escala que vemos ahora hubieran ocurrido si Ucrania hubiera sido invitada en la OTAN hace cinco lustros en Bucarest, explican constantemente los dirigentes de Kiev.
Volver a aplazar sine die el ingreso de Ucrania no hará, en su opinión, más que envalentonar al presidente ruso, Vladímir Putin, y volverá a demostrar que la OTAN sigue temiendo a Rusia y reconociéndole derecho a veto sobre su política de admisiones.
Motivación
En una entrevista celebrada en Kiev este mes con varios medios españoles, EFE entre ellos, Zelenski explicó que una señal clara de que Ucrania será admitida en su momento en la Alianza reforzaría la moral de los soldados ucranianos que se juegan la vida en el frente.
Estos “héroes” ucranianos, dijo el presidente, desempeñan exactamente la misión que justifica la existencia de la OTAN: defender a las democracias euroatlánticas de la amenaza autoritaria de un poder externo expansionista.
Por ello, explicó, la OTAN no puede permitirse volver a dejar sin un calendario claro de adhesión a Ucrania, que, señaló, tiene uno de los ejércitos más poderosos y experimentados de toda la Alianza y más experiencia que nadie en el uso de armamento occidental en una guerra real.
En este sentido, y una vez aceptado que la Alianza no enviará tropas a defenderlos de Rusia, los ucranianos están convencidos de que la OTAN los necesita tanto como ellos necesitan a la OTAN.
Armas para compensar la decepción
Independientemente del desenlace para Ucrania de la cumbre que terminará mañana en Vilna, Kiev habrá de seguir llamando a la puerta de la OTAN para cumplir el objetivo compartido por la inmensa mayoría de la sociedad ucraniana de convertirse en miembro de pleno derecho.
“Creo que la sociedad ucraniana entenderá que no hay una alternativa mejor que seguir intentándolo”, dijo a Efe sobre los efectos en la opinión pública de una nueva decepción el experto en relaciones internacionales ucraniano Volodímir Dubovyk.
Las señales que salen de Vilna son poco halagüeñas para las expectativas ucranianas, pero los mismos aliados que no parecen capaces de consensuar un calendario de ingreso han empezado a hacer importantes anuncios de nueva ayuda militar clave para la contraofensiva ucraniana que podría compensar el chasco.
Con información de EFE