En 2018, John Krasinsky (Jim de The Office) se lanzó como director de una nueva franquicia titulada A Quiet Place, la cual mezcló varios géneros como el drama y ciencia ficción reunidos en un thriller de suspenso que nos presentó un mundo invadido por alienígenas que aniquilan todo lo que genera ruido.
Kransinsky también tomó al personaje de Lee, un padre de familia que viaja con su esposa Evelyn (interpretada por su esposa en la vida real, Emily Blunt) y sus hijos. Tras una terrible pérdida, inician una vida silenciosa en la que deben escapar del terror que supone, incluso, un susurro. AQUÍ les dejamos nuestra reseña.
La película fue sumamente exitosa entre la crítica y en la taquilla. Por lo que dieron luz verde a una secuela protagonizada por Blunt junto a Cillian Murphy. AQUÍ les dejamos nuestra entrevista por esta película. Y así, fue que se aprobó una nueva película que resolvería una de las dudas más grandes: ¿Cómo es que llegaron estos aliens y cómo se vivieron los primeros momentos?
De eso va A Quiet Place: Day One, la cual viene dirigida por Michael Sarnoski (quien nos entregó la genial Pig junto a Nicolas Cage) y cuenta con un elenco sensacional que integra a Alex Wolff, Djimon Hounsou y a los protagonistas Lupita Nyong’o (ganadora del Oscar) y Joseph Quinn. Y justo con ellos dos tuvimos oportunidad de platicar por su estreno:
A Quiet Place: Day One
A Quiet Place: Day One es una precuela de las primeras dos cintas de la franquicia. Eso nos lleva al día en el que los aliens llegaron a la Tierra y comenzaron a exterminar todo aquello que generara sonido. Y el riesgo aumenta considerando que el escenario de la cinta es la ciudad de Nueva York.
La cinta arranca con un texto que nos revela que en Nueva York, los decibeles de la ciudad son de 90… ¡90! Eso equivale a un grito constante. ¿Por qué? Para empezar es una ciudad enorme, con millones de habitantes, uno de los sitios más turísticos del mundo, y una actividad que no para nunca.
¿Se imaginan cómo un sonido imparable es el enemigo de cualquier ser vivo? Es aquí donde conocemos a Sam, una mujer que tiene una enfermedad terminal. Un día, junto a varios habitantes de un hospicio, van a Manhattan para comer y ver una obra… y es aquí donde comienza todo.
Mientras Sam intenta sobrevivir junto a su gatito llamado Frodo (es tan genial como el perro Messi de Anatomy of a Fall), conoce a Eric, un sujeto solitario que la acompaña en la búsqueda de medicinas y un refugio permanente.
A Quiet Place: Day One se plantea como una survival movie que si bien tiene todos sus elementos, destaca por potenciar uno de sus argumentos. Para explicarlo, hemos de irnos a la primera cinta, la cual nos presentó a una familia dispuesta a sobrevivir.
En esta nueva película, no hay familias, sino personas “independientes” que deben formar un vínculo lo suficientemente fuerte como para reconocer la posibilidad de un sacrificio. Y la verdad, el desarrollo de sus protagonistas, así como la historia, es intenso y bello.
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