Sin despejar dudas, tirando más de épica que de fútbol en los últimos compases y cediendo ante una selección inferior, Francia no hizo bueno el tanto inicial desde los once metros de Kylian Mbappé y acabó empatando, y accediendo a octavos como segunda del Grupo D, ante la eliminada Polonia (1-1) de Robert Lewandowski, autor del tanto del empate, también desde los once metros.
En un duelo desde el punto de penalti, fue Lewandowski el que amargó la fiesta de Mbappé. Ambos en su regreso al once por lesión, fueron los líderes del ataque de sus combinados, pero fue el jugador del Barcelona el que, en el regreso a la que un día fue su casa, acabó más feliz. Despidió a su selección de la Eurocopa con un punto y la dotó de dignidad tras un torneo nefasto. Además, agrandó el nubarrón que se cierne sobre una Francia con más dudas que certezas.
Desesperante en el inicio del partido, por momentos a merced de una Polonia eliminada que llegó al duelo sin haber puntuado y que no le quitó la cara al partido en momento alguno, pero cada vez más incisiva con el paso de los minutos, desgastando poco a poco la resistencia de los polacos, pero de nuevo incapaz de cerrar su victoria.
Encajando en los compases finales, Francia volvió a depender en exceso, especialmente en la primera mitad, de los chispazos individuales para generar peligro. Y esta vez, no fue suficiente.
En un once sin Thuram y sin Griezmann, suplente en Francia por primera vez tras 18 partidos y un año y medio en la selección, fue Kylian Mbappé el líder absoluto del ataque de los de Didier Deschamps, pastosos en el inicio y mucho más sueltos en el ocaso del primer acto, en el que se sucedieron las ocasiones de ‘Les Bleus’.
Enmascarado para proteger su nariz fracturada, Mbappé formó en la punta de ataque con Dembélé en el perfil diestro y Barcola, la gran novedad, inédito hasta la fecha en la Eurocopa, por el zurdo.
Con una circulación lenta, algo previsible, en ocasiones errática, demasiado estática, fácil de defender para los polacos, no fue capaz Francia de superar con claridad a un rival claramente inferior que buscó hacer daño a la contra. Solo Dembélé, por la derecha, a ratos, conseguía llegar a la línea de fondo.
De hecho, el primer disparo a puerta del partido llegó desde el lado de Polonia, con una medio volea de Zielinski que recogió sin peligro Maignan.
El aviso de los eliminados puso a funcionar a la velocidad punta de los tres de arriba, en especial a un Dembélé que, aunque protagonista por algún que otro centro desmedido y algún intento de control que provocó las risas en las gradas del Signal Iduna Park, teñido de blanco y rojo como la bandera polaca, consiguió dar esa profundidad necesaria para generar las primeras ocasiones.
La primera llegó tras un centro raso suyo al corazón del área al que no llegó Mbappé, pero que recogió Theo Hernández en el segundo palo. Con un disparo potente dio rienda suelta a la exhibición de Skorupski.
Fue la primera de las cuatro grandes que rubricó. La segunda, al propio Dembélé, que finalizó la contra conducida por un Kanté lejos del nivel mostrado en el anterior encuentro, en el que fue elegido MVP.
Y la tercera y la cuarta, a Mbappé, que se sumó en los últimos minutos al carrusel de ocasiones galas con dos disparos desde casi el área pequeña que obligaron a emplearse a fondo al meta del Bolonia.
El inicio de la segunda mitad llegó de la mano de la lógica, que se impuso en los primeros minutos del estadio alemán. A Mbappé pareció que se le acabó la paciencia y empezó a jugar él solo. Los cuatro primeros disparos de la segunda mitad fueron suyos. Todos peligrosos, generando el ‘runrún’ en la grada. Uno de ellos, con jugada personal incluida, una ‘delicatessen’ en forma de túnel que levantó a la grada francesa.
Pero el peligro volvió a llegar a través del desborde de Dembélé. Ingresó en el área a toda velocidad y su marca cayó en la trampa. Le trastabilló y provocó el penalti. Desde los once metros, Mbappé marcó su primer gol en la Eurocopa. Le costó 536 minutos.
Perdió toda atadura Francia y mantuvo a Polonia encerrada. Barcola rozó el segundo antes de que Deschamps moviera el banquillo y le sustituyera por Giroud, dando entrada también a Griezmann y Camavinga para dar oxígeno. Algo que no evitó algún arreón de Polonia, que probó suerte con un disparo lejano de Lewandowski que reanimó a la desconsolada afición polaca.
Tuvo en sus botas el segundo Mbappé, pero no acertó ante Skorupski. Tampoco hubiera valido porque justo en la jugada precedente Upamecano había cometido un penalti sobre Swiderski que el colegiado, VAR mediante, señaló.
Se desató entonces la locura en el Signal Iduna Park. Lewandoswki fue el encargado de lanzar. Erró, pero Maignan se había adelantado para hacer su parada. Y en la repetición, eligiendo el mismo lado, Lewandoswski marcó en el regreso a la que un día fue su casa.
Cambió por completo el partido. Polonia empezó a creer en la victoria. Quería despedirse con 3 puntos. y Francia, noqueada, no pudo reaccionar. Lewandowski atormentó a Mbappe y Francia, una e las teóricas favoritas, pasó a octavos como segunda de grupo, en lo que es una de las sorpresas y de las decepciones de lo que va de Eurocopa.
Con información de EFE, por Tomás Frutos
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