WASHINGTON (EFE).— Estados Unidos instó ayer al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, a definir un plan posconflicto para la Franja de Gaza después de que prometió un pronto apaciguamiento en la ofensiva sobre el enclave.
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, confirmó que las autoridades israelíes les han trasladado el mensaje de que “se está acercando el fin de las intensas operaciones de combate” en Rafah, la parte más meridional de la Franja de Gaza.
“Desde nuestra perspectiva, lo importante es trabajar en el plan para el día después del conflicto porque no queremos ver en Rafah lo que vimos en otras áreas donde Hamás recuperó el control tras el fin de las operaciones”, explicó Miller.
El portavoz de la diplomacia estadounidense apuntó que para que haya una “derrota duradera” del grupo islamista se requiere de un plan de gobernanza de Gaza liderado por los palestinos, una estrategia de seguridad realista y un proyecto de reconstrucción de la Franja.
“Para ello seguimos trabajando con nuestros socios árabes en la región y continuamos presionando al gobierno de Israel para que lo considere”, agregó.
Netanyahu dijo el domingo en una entrevista que “la etapa de alta intensidad de la guerra va a terminar” y que eso sucederá muy pronto.
El primer ministro dijo estar preparado para un acuerdo parcial con Hamás para lograr el retorno de parte de los rehenes que continúan secuestrados en Gaza, pero insistió en que no pondrá fin a la guerra hasta destruir al grupo islamista.
Desde hace días, fuentes militares citadas por la prensa israelí auguran al menos de tres a cuatro semanas para terminar con los dos batallones de Hamás que, se estima, quedan intactos en Rafah. Se desconoce qué pasará después en esa fase de la guerra.
Los muertos en la Franja de Gaza desde el inicio de la ofensiva en octubre superaron ayer unes los 37,600, tras una de las jornadas más mortíferas el pasado fin de semana con más de un centenar de fallecidos.
Ministro israelí
Esta semana se encuentra en Washington el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, que tras su reunión, el lunes, con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, hablará hoy martes con el secretario de Defensa, Lloyd Austin.
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, dijo ayer que no entiende las quejas del primer ministro Netanyahu, quien acusó a la Casa Blanca de ralentizar el envío de armas a Israel.
“No entiendo en absoluto qué significa ese comentario, de la misma manera que no entendí unas afirmaciones similares que hizo la semana pasada”, respondió el vocero de la diplomacia estadounidense en rueda de prensa.
Miller explicó que, si bien es cierto que Estados Unidos ha pausado un envío de armamento que se encuentra bajo revisión, la administración de Joe Biden sigue proporcionando otras armas a Israel porque está “comprometida con su seguridad”.
“No ha habido ningún cambio en eso, así que no estoy seguro de qué significan esos comentarios”.
Netanyahu dijo el domingo que hace unos cuatro meses “hubo una caída dramática en el suministro de armamento que llegaba de Estados Unidos a Israel”.
Por eso, explicó, decidió hacer un llamamiento público el pasado martes, cuando se grabó él mismo en un vídeo en inglés diciendo que le parecía “inconcebible” que la Casa Blanca haya retenido las armas.
Según Estados Unidos, el único envío que se frenó fue el de 3,500 bombas en mayo por su posible uso en áreas densamente pobladas como la ciudad de Rafah, la zona más al sur de Gaza.
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