Los habitantes de Leópolis intentan, un día después del ataque con misiles contra la ciudad ucraniana, que causó diez muertos, canalizar el dolor mediante la aportación de fondos para comprar más material militar y apoyando al Ejército por otras vías, en medio de la contraofensiva contra los invasores rusos.
eLas autoridades decretaron un luto oficial de dos días tras el descubrimiento de diez cuerpos entre los escombros de un edificio de viviendas situado en la zona declarada por la Unesco de protección special adyacente al centro histórico, declarado patrimonio mundial por la ONU.
Canalizar el estupor hacia la acción
Este ha sido el ataque más mortal y destructor desde el comienzo de la invasión rusa, aunque esta ciudad occidental de Ucrania, a unos mil kilómetros del frente y solo unos 70 de Polonia, ya había sido atacada antes, con nueve personas muertas en marzo de 2022.
Hasta cierto punto fue inesperado porque Leópolis ha evitado en gran parte el tipo de ataques incesantes contra otras ciudades, más próximas a Rusia y al frente, y ha atraído a cientos de miles de desplazados internos ucranianos.
Aunque muchos habitantes expresaban sorpresa, también subrayaban que hay que concentrarse en actuar.
“Durante algún momento del ataque le dije adiós a la vida”, confesó Khrystyna Soloviy, conocida cantante ucraniana cuyo apartamento resultó dañado en el suceso.
“Tenemos que luchar y apoyar a quienes nos defienden y transformar la ira hacia el enemigo en nuestra propia fuerza”, subrayó en un mensaje a sus 105.000 seguidores en Instagram
“Transformemos nuestra tristeza y dolor en donaciones”, instó en Facebook por su parte Olena, de 36 años, que dijo a EFE que su hermano ha estado combatiendo en el este desde que comenzó la invasión, en febrero de 2022.
Apoyar al ejército, la prioridad
Olena animó a sus amigos en redes sociales a hacer donaciones a Olya Ukhanska, una de las muchas voluntarias en la red de recaudación de fondos creada para atender las peticiones de soldados y sus unidades en el Ejército ucraniano, cuyo tamaño crece rápidamente.
“Pase lo que pase, tengo que enviar paquetes a los soldados todos los días y atender a sus nuevas peticiones, que me llegan constantemente”, explicó Ukhanska.
Baterías para drones y llantas para coches -que resultan dañados o destruidos al tener que conducirlos a gran velocidad por vías en malas condiciones para evitar los disparos rusos-, transmisores de radio y botiquines son algunos de los suministros que voluntarios como ella ayudan a conseguir.
El Estado, por su parte, se ocupa de abastecer necesidades mayores, como armamento, y a menudo responde más lentamente a las peticiones del Ejército en un contexto que cambia rápidamente en el campo de batalla.
Otra voluntaria, Alice, diseñadora gráfica de 25 años de Leópolis, ha pedido a sus seguidores que aporten fondos para una camioneta abierta que necesita el mejor amigo de su hermano, que combate con la tercera brigada cerca de Bajmut.
Cuenta a EFE que su hermano, de 22 años, fue detenido en Mariúpol y es prisionero de los rusos desde la toma de esa ciudad, en 2022.
“Todo el mundo se asustó aquí ayer, pero hay una forma extraordinaria de aliviar la ansiedad, la tensión y el estrés, que consiste en hacer donaciones al Ejército”, cuenta Alice, que dice que lo mejor que puede hacer por su hermano es ayudar a sus compañeros de armas.
“Están echando a los rusos de Ucrania pero a veces tienen problemas con el equipamiento. Una camioneta abierta cuesta unos 5.000 euros. No es mucho pero hay que conseguirlos rápidamente”, escribe. En un día se recolectaron más de 77 mil grivnas (unos dos mil euros).
Compensar las pérdidas de la contraofensiva
Otra petición de ayuda, mayor, ha sido lanzada por Valerii Markus, sargento jefe de la brigada 47 del Ejército ucraniano, que ha estado atacando las defensas rusas en la región de Zaporiyia.
Markus reveló recientemente que menos del 2 % de los soldados de la brigada murieron durante un mes de contraofensiva, mucho menos de lo esperado. Sin embargo, el grupo ha perdido “mucho equipamiento” y necesita entre 40 y 50 millones de grivnas (entre 1 y 1,24 millones de euros) para compensar esas pérdidas.
“Necesitamos de todo. Desde drones de reconocimiento muy caros hasta drones Mavic más corriente, desde equipos de radio hasta la reparación de equipos y armas”, escribió.
“Ayúdennos. Su dinero salva la vida de nuestra gente”, insistió Markus. EFE
Con información de EFE