
CIUDAD DEL VATICANO (EFE).— El papa Francisco sorprendió al mundo cuando en su primera rueda de prensa en el avión de regreso de Brasil, en julio de 2013, respondió con la frase del catecismo: “¿Quién soy yo para juzgar?”, en relación a un supuesto sacerdote homosexual, pero su última frase “despectiva” sobre los homosexuales ha planteado cuál es la verdadera relación de la Iglesia con el sector Lgtbiq+.
Francisco pidió ayer perdón por haber usado una frase despectiva en italiano “molta frociaggine” (ya hay mucho mariconeo) al referirse a la presencia de homosexuales en los seminarios, durante un encuentro a puerta cerrada con los cerca de 200 obispos de Conferencia episcopal italiana (CEI).
Indignación
En pasado, algunas palabras mal usadas habían provocado una gran polémica y la indignación de algunos homosexuales, cómo cuando en agosto de 2028 en la rueda de prensa en el avión de regreso de su viaje a Irlanda recomendó “recurrir a la psiquiatría cuando los padres constaten una tendencia homosexual en sus hijos desde la infancia”.
“Les diría, en primer lugar, que recen, que no condenen, que dialoguen, entiendan, que den espacio al hijo o a la hija”, y agregó “cuando eso (la homosexualidad) se manifiesta desde la infancia, hay muchas cosas por hacer por medio de la psiquiatría”, dijo el Papa.
Francisco saluda muchos miércoles tras la audiencia general a mujeres transexuales llegadas de una parroquia de Torvaianica, en la costa romana y tampoco dudó en recibir en su residencia al transexual español Diego Neria.
Pero en el último documento de la Doctrina de la Fe, firmado por el Papa, la Iglesia condena y tacha de “violación de la dignidad humana”, cualquier operación que suponga el cambio de sexo.
Mientras que en otro controvertido documento de la Doctrina de la Fe, “Fiducia Supplicans”, la Iglesia cambiaba el anterior seco “no” a la bendición a las parejas homosexuales a la posibilidad de hacerlo, pero sin que esto significase la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo, que sigue siendo rechazado por la Iglesia.
La bendición a las parejas gais fue rechazada por muchos obispos de todo el mundo que aseguraron que nunca lo aplicarían.
Últimamente, la Iglesia también aclaró que un homosexual puede apadrinar a un bautizado pues “pueden ser padrino o madrina quienes posean la actitud y conduzca una vida conforme a la fe y al encargo que asume”.
Pero tacha de “diferente” el caso de dos personas homosexuales que no viven una “simple convivencia” sino “una estable y declarada relación ‘more uxorio’ bien conocida por la comunidad”.
Pecado, no delito
Francisco declaró en una entrevista a la agencia AP que ser homosexual “no es un delito” pero posteriormente aclaró que se comete “pecado”, pues según “la enseñanza moral católica, todo acto sexual fuera del matrimonio es pecado”.
Y regresando de Portugal de Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) donde lanzó el ya famoso: “Todos, todos, todos…”, aseguró que la Iglesia católica “está abierta a todos, también a los homosexuales”.
Esta nota Un pontificado de sorpresas apareció primero en Diario de Yucatán.



