
CIUDAD JUÁREZ (EFE).— Además de migrantes de bajos ingresos, la frontera de México con Estados Unidos recibe a cada vez más profesionales de Suramérica quienes buscan cruzar a toda costa ante la situación económica y de violencia en sus países de origen.
Un ejemplo de ello, en Ciudad Juárez, es la empresaria colombiana Yésica Bordae, quien cerró su compañía ante un cambio de regulación y, cuando aún tenía recursos económicos, intentó conseguir una visa para ir a Estados Unidos, pero se la negaron, por lo que emprendió la ruta migratoria ilegal.
“Yo pedí mi visa y me la negaron. ¿Por qué razón? No sé, porque tenía toda la documentación al día, documentos bancarios de empresa, en esos tiempos tenía la posibilidad de pagar una visa y me la negaron porque quisieron, no me dieron la razón”, dijo la mujer, quien tras estar tres años en España llegó a Juárez con su hija.
En la frontera de Juárez con El Paso atravesó el alambre de púas que colocó el año pasado el gobernador de Texas, Gregg Abott, y llegó hasta el muro, pero la Guardia Nacional texana la devolvió por el mismo hueco por donde entró.
“Me sacaron literalmente a la fuerza. Me sacaron con la niña, no les importó que la niña tuviera hambre, que la niña estuviera enferma del calor, porque la niña vomitó. Me sacaron por el mismo lado donde me metí”, dijo.
Más restricciones
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) destacó el récord de migración irregular en México en 2023, con más de 782,000 indocumentados detectados, aunque observó una bajada del flujo en la frontera con Estados Unidos en enero de este año.
Ante estas cifras, los controles migratorios han subido en la frontera con Texas, donde el gobernador elevó la barricada, desplegó a la Guardia Nacional y se niega a retirar el alambre de púas pese a un fallo de la Suprema Corte de Estados Unidos.
“La Guardia de Texas nos sacó, ya estaba allá en el muro. Entre tres armados me sacaron”, narró .
La mujer aseguró que migró porque las políticas del Gobierno de Colombia afectan a las compañías.
“Yo tenía una empresa de seguridad social, pero el presidente (Gustavo Petro) acabó con eso, ahorita no permite que terceros paguen la seguridad social de las personas sino que tiene que ser de una empresa directamente, acabó con todo”, narró.
Violencia en sus países
Alonso Ramírez Torres es un odontólogo quien llegó a Juárez desde Lima, Perú, de donde huyó de la extorsión. Su esposa y uno de sus hijos entraron, pero el segundo se quedó atascado y la familia ahora está dividida.
“Yo soy odontólogo y tuve problemas de extorsión en mi país. Lamentablemente las autoridades no hacen nada más que recibir tu denuncia y te dejan a la suerte”, indicó el dentista.
Dijo que sufrió amenazas de criminales que llegaron a su casa, dispararon contra su auto, robaron cosas y la única opción que tuvo fue vender lo que tenía y salir del país con toda su familia.
“En todo el viaje nos ha ido de lo peor, nos han robado. Acá en México, puedo decir que no hay autoridad que defienda los derechos de las personas que nos apoyen”.
“Es la misma policía que nos entrega a los cárteles, es la misma (gente del Instituto Nacional de) Migración que nos entrega y sufrimos”, agregó mientras caminaba a un lado del río Bravo.
EspacioChihuahua
Migrantes abren su espacio en Chihuahua en espera de conseguir recursos para seguir
Campamento
Ubicado en el bulevar Juan Pablo II, en el sur de Chihuahua capital, el campamento de migrantes estancados cuenta con más de 3 mil personas que permanecen en espera de conseguir recursos para llegar a Ciudad Juárez y seguir su camino a Estados Unidos.
Principal temor
Los migrantes aseguran que su principal temor es ser asaltados en el trayecto de Chihuahua a Ciudad Juárez, por lo que decidieron establecerse temporalmente en lo que consiguen recursos.
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