ZACATECAS(El Universal).— El obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, dice que, a un mes de que en el país se iniciaron formalmente las campañas, éstas “encierran otros tipos de violencias” y advierte que “la democracia mezclada con la delincuencia es un binomio totalmente inaceptable”.
Al emitir su opinión a “El Universal” sobre la violencia electoral en el actual proceso, el prelado refiere que en este tiempo transcurrido “vemos, escuchamos, notamos en todos lados que las campañas electorales encierran otro tipo de violencias, la violencia verbal, la violencia de presionar a la gente para que participe con determinada forma de votar”.
En su opinión, “no han sido unas campañas limpias, legales, austeras, con abundancia de propuestas, propuestas viables, propuestas responsables ni propuestas serias. Desgraciadamente, ha habido descalificaciones, guerra sucia y eso también es violencia, y eso en lugar de animar, desanima a mucha gente”, señala. Incluso, puso en duda si estas acciones pudieran tener un objetivo al decir: “No sé si ese sea el propósito para algunos candidatos, hacer que la gente no salga a votar, todo eso es totalmente inaceptable en una democracia”.
Obispos en contra de la violencia
El obispo recordó que faltan casi dos meses para las elecciones y exhortó a que “cada ciudadano ponga lo mejor de sí, sea crítico, sea reflexivo, participe y también cada candidato haga lo que le corresponde”, además de mencionar que “a México le conviene que todo esto transcurra en paz y que todo mundo salgamos y participemos de una u otra manera, en esto que, antes decíamos, debería ser una fiesta”.
Enfatizó la postura que tienen los obispos mexicanos que han hecho llamados de atención sobre la violencia electoral, al precisar que en uno de los puntos emitidos se advierte que “el peor de los escenarios, el que mayormente debiéramos evitar, que es aquel en el que el crimen organizado y otros grupos delincuenciales intervengan en el proceso electoral en cualquier lugar, en cualquier momento y hacia cualquier persona o hacia cualquier comunidad.
“Las condiciones por las que atraviesa el país desafortunadamente no son las mejores, pues, es evidente que desde hace tiempo nuestros problemas son muchos en materia de seguridad y en otros campos. Coincidimos los obispos y lo hemos puesto en negrilla, en que el mayor reto está en hacer valer y vivir en un verdadero Estado de derecho como primer paso para superar la inseguridad, la corrupción y tantas otras carencias”, remarca.
Jerarca valiente
En entrevista, el teólogo Gerardo Luna, experto en estudios y temas religiosos, describe al obispo Sigifredo Noriega Barceló como uno de los jerarcas valientes de la Iglesia católica, ya que “en 12 años que lleva al frente de la diócesis de Zacatecas ha levantado la voz en diferentes momentos por la violencia que ocurre en este territorio (…) es un hombre digno de admirarse por su capacidad de denuncia, su valentía y sencillez”, advierte.
Gerardo Luna explica que el obispo Sigifredo tiene mando sobre la diócesis de Zacatecas, pero, la división eclesiástica de esta demarcación en conjunto con las pugnas que hay entre los cárteles que se disputan el territorio son un riesgo para el trabajo pastoral de los presbíteros.
De un vistazo
Obispo asaltado
El obispo de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, junto con un par de religiosos más, fue asaltado el miércoles pasado a la altura de la zona conocida como Las Cumbres de Maltrata, sobre la autopista Puebla-Veracruz.
Atraco colectivo
Durante dos días se especuló del atraco, hasta que el viernes el sacerdote católico Juan Carlos Villa Cañedo confirmó que fueron casi 15 delincuentes los que perpetraron el asalto. Detalló que los asaltantes, con armas de fuego y pasamontañas, cerraron la carretera y asaltaron a los ocupantes de autos particulares.
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