Un día como hoy, pero de 1809, nació uno de los escritores más emblemáticos de la literatura estadounidense, Edgar Allan Poe. Su vida, al igual que su obra, está marcada por la tragedia y la oscuridad, como si una se inspirara (o peor aún) se reflejará en la otra. Así que para celebrar su trabajo literario, el cual sigue sorprendiendo a distintas generaciones, les recomendamos tres cuentos de Edgar Allan Poe para que sacien su hambre de horror literario y lo celebren como se debe. Pero antes…
Brevísima biografía de Edgar Allan Poe
Este escritor y crítico nació el 19 de enero de 1809 en Boston, Estados Unidos, y murió en Baltimore apenas cuando tenía 40 años, en 1849. Desde hace muchísimo tiempo es considerado uno de los mejores narradores de misterio y horror, principalmente por sus cuentos; aunque también es reconocido por algunos poemas que escribió como “El cuervo” (¿quién no recuerda la parodia que hicieron en Los Simpson, en uno de sus mejores especiales de terror?).
Fue huérfano de ambos padres y adoptado por un matrimonio de Virginia. Pero tras un tiempo se separaría de ellos por problemas con su padre. Por otra parte, estudió en una escuela militar y se casó con una prima que luego falleció.
Curiosamente, estos hechos y su escasez de dinero lo “orillaron” a trabajar como crítico literario y redactor de algunos periódicos en Estados Unidos. Tras tener éxito a partir de las historias que publicó, fue que su alcoholismo y depresión aumentaron hasta finalmente, llegar hasta su muerte.
“La caída de la casa Usher”
Comencemos con uno de los más conocidos, “La caída de la casa Usher”, un cuento que desde un inicio te envuelve en un misterioso y lúgubre paisaje: una enorme casa llena de defectos, algunas características que la hacen imponente y solitaria para el narrador; desde el pantano que está a los pies de la residencia, hasta una apenas perceptible grieta que corre del piso hasta el techo.
“Contemplaba yo la escena desplegada ante mi vista: la simple casa, el sencillo paisaje propio de la posesión, los muros helados, las ventanas que semejaban ojos vacíos, unos cuantos juncos alineados y algunos troncos blancos y enfermizos; contemplaba todo eso sintiendo una completa depresión en mi alma que no podría compararse apropiadamente, entre las sensaciones terrenas, sino con aquel ensueño posterior del fumador de opio, con aquella amarga vuelta a la vida diaria, a la horrible y lenta caída del velo”, se lee al inicio de esta historia de Edgar Allan Poe.
Pero, ¿por qué nuestro guía se encuentra en este lugar?: De manera imprevista, un amigo de la infancia lo invitó a su casa buscando un poco de tranquilidad ante la incertidumbre que vive por la extraña enfermedad de su hermana. A partir de la convivencia diaria, el protagonista descubrirá que tan afectado mentalmente se encuentra su viejo compañero de juegos, incluso lo que puede llegar a hacer ante la muerte, la decadencia de su estirpe y de su propio hogar.
“El gato negro”
“Un clásico, Kowalski”: Sería un pecado si no se agregara este cuento de Edgar Allan Poe a esta breve lista para leer en Halloween. Si eres de esas personas que les gustan las historias de crímenes mezcladas con un poco de horror paranormal, esta es la historia que debes leer.
Empezando porque conectas con la visión del asesino y no de quiénes investigan el delito, el escritor te coloca en un lugar un tanto incómodo pero interesante; descubres, con el paso de la historia, los hechos que lo llevaron a perder la cabeza, la cruda descripción de cómo le quita la vida a alguien más y el terror que tiene al darse cuenta de que un hermoso gato negro es su peor enemigo.
“Con todo, tan seguro como existe mi alma, yo creo que la perversidad es uno de los primitivos impulsos del corazón humano; una de las facultades o sentimientos elementales que dirigen al carácter del hombre. ¿Quién no se ha sorprendido cien veces cometiendo una acción sucia o vil, por la sola razón de saber que no la debía cometer?“, comenta el personaje principal preparándonos para lo que vendrá más adelante.
“El retrato oval”
Para finalizar, un cuento de Edgar Allan Poe que no necesariamente produce miedo, pero es un digno representante de toda la literatura de este escritor estadunidense. Sí, esta narración nos muestra ese lado poético, gótico y algo nostálgico que también tenía y utilizaba más al momento de escribir sus poemas.
Una historia sencilla: un hombre, junto a su fiel sirviente, llega a un enorme castillo abandonado, bien arreglado y repleto de cuadros, de retratos que tapizan cada una de las paredes. Sin embargo, uno solo le ha llamado más la atención; el de una hermosa joven rodeado por un bello marco oval y de estilo morisco.
Si la hermosura y realismo de la pintura le volaron la cabeza, quedará más sorprendido al leer la historia que tiene detrás, gracias a un libro que encuentra en la habitación donde decidió quedarse a dormir y que explica el origen de cada uno de los cuadros que tiene frente a él.
“Él tenía un carácter apasionado, estudioso y austero, y había puesto en el arte sus amores; ella, joven, de rarísima belleza, toda luz y sonrisas, con la alegría de un cervantillo, amándolo todo, no odiando más que al arte, que era su rival, no temiendo más que la paleta, los pinceles y demás instrumentos importunos que le arrebataban el amor de su adorado“, es parte de lo que lee el protagonista después de observar el retrato que le ha causado una enorme impresión.
Estos son solo tres cuentos que puedes encontrar en Narraciones extraordinarias de Edgar Allan Poe, además de otros como “El doble asesinato de la calle de la morgue”.
*Con información de Enciclopedia de la literatura en México y Narraciones extraordinarias de Edgar Allan Poe.
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