
🛑 Ya van 31 casos y apenas comienza la pesadilla
En México, como si ya no tuviéramos suficientes problemas, ahora se suma una nueva desgracia: la miasis por gusano barrenador, una infección provocada por larvas que devoran tejido vivo. Hasta el 12 de julio, la Secretaría de Salud confirmó 31 casos humanos en el país, con una clara concentración en Chiapas. Una vez más, la salud pública parece reaccionar tarde y mal.
📍 Chiapas, el epicentro de la infección
De los 31 casos detectados, 29 se ubican en Chiapas y solo 2 en Campeche. Específicamente, el municipio de Tapachula ha sido el más afectado, con más del 90% de los casos nacionales. La mayoría de las personas infectadas son hombres (21) y el resto mujeres (10), con edades que oscilan entre los 17 y los 87 años. Lo alarmante es que muchos de ellos ya padecían otros problemas de salud, lo que agrava aún más la situación.
🧠 El gusano que invade el cuerpo humano
El llamado gusano barrenador humano se aloja en zonas sensibles del cuerpo. Según los reportes médicos, las partes más afectadas son: cabeza, cuello, tronco dorsal, piernas, brazos, genitales, útero, cavidad oral y cavidad nasal. En otras palabras, ninguna parte del cuerpo está a salvo. Este parásito puede ingresar por heridas, o por orificios naturales como la nariz o la boca, y empieza a destruir tejido vivo mientras crece.
🦟 La mosca que propaga la infección
La causante de esta enfermedad es la mosca Cochliomyia hominivorax, también conocida como la «mosca del ganado», que ha comenzado a atacar a seres humanos en condiciones de alta vulnerabilidad y poca higiene. Esta especie deposita sus huevos en heridas o zonas abiertas, de donde emergen larvas que literalmente barren con todo lo que encuentran a su paso. Lo que antes afectaba solo a animales, hoy ya representa un riesgo humano.
⚠️ Un sistema de salud que llega tarde
El primer caso se detectó en abril de este año en una mujer de 77 años en el municipio de Acacoyagua, en la costa de Chiapas. Desde entonces, las cifras han crecido, pero la respuesta institucional ha sido mínima. Mientras tanto, la mosca asesina sigue avanzando sin freno por territorios donde la pobreza, el abandono y la falta de atención médica crónica hacen que este nuevo enemigo encuentre terreno fértil.