El gobierno de Estados Unidos ha elevado a 15 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien es buscado por la justicia estadounidense bajo cargos de narcotráfico, lavado de dinero y vínculos con organizaciones criminales transnacionales.
El Departamento de Estado anunció el incremento como parte de una nueva estrategia para reforzar las presiones sobre el régimen chavista, al que acusa de “socavar la democracia y utilizar el narcotráfico como herramienta de poder y enriquecimiento personal”. Esta recompensa forma parte del Programa de Recompensas por Narcóticos, una iniciativa del gobierno estadounidense para combatir redes criminales de alto nivel.
Maduro fue formalmente acusado por la justicia de EE.UU. en marzo de 2020, junto con otros altos funcionarios venezolanos, incluidos exministros, jefes militares y líderes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Las autoridades norteamericanas los acusan de participar en una “conspiración narcoterrorista” que, presuntamente, habría facilitado el envío de toneladas de cocaína a Estados Unidos con la colaboración del Cártel de los Soles y organizaciones como las FARC.
Según el Departamento de Justicia, el régimen venezolano ha convertido al país en un santuario para el crimen organizado, permitiendo que grupos armados y redes de narcotráfico operen con impunidad dentro del territorio venezolano. Las acusaciones sostienen que Maduro y sus aliados utilizaron su posición de poder para facilitar operaciones ilegales a cambio de beneficios económicos y políticos.
El anuncio también tiene una carga simbólica importante: ocurre a pocos meses de las elecciones presidenciales en Venezuela, previstas para el 2025, en un clima de fuerte tensión política e internacional. Estados Unidos, junto a varios gobiernos de América Latina y Europa, ha cuestionado la legitimidad de los procesos electorales en Venezuela durante la última década y ha impuesto sanciones económicas a funcionarios del régimen.
Desde Caracas, el gobierno venezolano ha rechazado enérgicamente las acusaciones, calificándolas como parte de una campaña imperialista para desestabilizar al país. Nicolás Maduro ha declarado en múltiples ocasiones que no se entregará y ha acusado a Washington de utilizar métodos de “guerra jurídica” para intentar derrocarlo.
Expertos en relaciones internacionales señalan que este tipo de recompensas son poco comunes cuando se trata de jefes de Estado en funciones, lo que subraya el nivel de ruptura diplomática entre Venezuela y Estados Unidos. Aunque actualmente no existen relaciones formales entre ambos países, en meses recientes se han producido acercamientos indirectos, en parte por temas energéticos y humanitarios.
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