
En medio de una transformación histórica del Poder Judicial, la presidenta Claudia Sheinbaum subrayó que la nueva Suprema Corte de Justicia debe demostrar un cambio de fondo, no solo estética. Al presentar la elección popular de ministros como un paso hacia la democratización judicial, enfatizó que sus integrantes no solo fueron elegidos por el pueblo, sino que ahora deben ser ejemplo de honestidad, austeridad y justicia real.
La mandataria invitó al nuevo tribunal a mirar hacia adelante y no caer en persecuciones del pasado, recordando que su principal responsabilidad es garantizar el acceso a la justicia para todas y todos. En caso de encontrar irregularidades durante el periodo de transición, enfatizó que estas deben atenderse con denuncias formales, no con revancha política.
Sheinbaum subrayó que la elección popular judicial no busca controlar al Poder Judicial, sino darle legitimidad ciudadana y alejarlo de privilegios. Afirmó con firmeza: «quien nada debe, nada teme; que se vea el cambio a partir de septiembre».
La llegada de nuevos ministros, electos por voto popular tras la histórica reforma de septiembre de 2024, marca el fin de una era dominada por relaciones personales y tráfico de influencias. Ahora, el desafío es que la Corte refleje institucionalidad, no servilismo político.
Desde el Senado y la sociedad se depositaron expectativas elevadas en este proceso, que busca fortalecer la rendición de cuentas. Hugo Aguilar, elegido presidente de la Corte, representa un símbolo de inclusión: es un abogado indígena mixteco que llegó al cargo mediante voto ciudadano.