A pesar de que las estadísticas señalan consistentemente a los aviones como el medio de transporte más seguro del mundo, la realidad es que estas complejas máquinas no están exentas de sufrir inconvenientes. Los problemas técnicos son una parte, aunque mínima, de la rutina aérea, y la industria aeronáutica está diseñada precisamente para detectar, mitigar y responder a ellos. Conocer las fallas más comunes que se pueden experimentar durante un vuelo ayuda a desmitificar los temores y a comprender la robustez de los sistemas de seguridad.
1. Fallas Menores en el Sistema Eléctrico o la Iluminación (Falla Electrónica)
Aunque suene trivial, una de las fallas más comunes en un avión se relaciona con el sistema eléctrico, que no compromete la seguridad crítica del vuelo. Esto puede manifestarse en la pérdida de la iluminación de la cabina de pasajeros, fallos en las pantallas de entretenimiento a bordo, o mal funcionamiento de algunos displays no esenciales en la cabina de pilotos. Estos inconvenientes son frecuentemente el resultado de un fusible fundido o un pequeño cortocircuito.
La aeronavegación moderna cuenta con sistemas eléctricos redundantes y de respaldo (como las unidades de potencia auxiliar o APU y la Ram Air Turbine o RAT) que garantizan que los sistemas críticos de vuelo, navegación y comunicación sigan funcionando. Por lo tanto, aunque sea una molestia, este tipo de falla eléctrica rara vez representa un peligro real para los pasajeros.
2. Problemas con el Aire Acondicionado y la Presurización de Cabina (Falla de Presurización)
La presurización de la cabina es vital para mantener un ambiente respirable a gran altitud. Sin embargo, no es raro que las válvulas o los sistemas de purga (sangrado) del aire del motor experimenten fallos menores. Si el sistema de presurización comienza a fallar, el piloto recibe una alerta y sigue protocolos estrictos.
La respuesta inmediata suele ser descender a una altitud más baja (generalmente menos de 10,000 pies), donde el aire ya es respirable, o activar los sistemas de respaldo. Solo en casos graves, que son extremadamente raros, se requeriría el despliegue de las máscaras de oxígeno. Generalmente, un problema de presurización se detecta a tiempo y se resuelve con un cambio de altitud o un aterrizaje preventivo.
3. Indicaciones Anormales en el Tren de Aterrizaje (Falla Hidráulica)
El tren de aterrizaje es un sistema robusto, pero es susceptible a fallas de indicación (el piloto no recibe la luz verde de que el tren está completamente abajo y asegurado) o fallas en el sistema hidráulico que lo opera. Una indicación defectuosa no significa que el tren esté mal, solo que un sensor está fallando.
Si el tren de aterrizaje se niega a bajar por medios normales (hidráulicos), los pilotos están entrenados para activar el sistema de caída libre o gravity-drop, que usa la gravedad para desplegar el tren. Esta falla rara vez lleva a un accidente, pero casi siempre resulta en un aterrizaje de emergencia con procedimientos especiales y puede ser atemorizante para los pasajeros.
4. Mal Funcionamiento de Sensores e Indicadores (Falla de Instrumentación)
Los aviones modernos dependen de una vasta red de sensores para informar a los pilotos sobre velocidad, altitud, ángulo de ataque y temperatura. Una falla en un sensor, como el tubo Pitot (que mide la velocidad) o las sondas de temperatura, puede enviar información errónea a la cabina. Esto se conoce como una falla de instrumentación.
Los pilotos son entrenados exhaustivamente para reconocer y contrarrestar estas indicaciones incorrectas, comparando múltiples fuentes de datos. La mayoría de los sistemas críticos tienen al menos tres sensores independientes (triple-redundancia) para evitar que un solo sensor defectuoso cause un problema grave. La tripulación tiene la capacidad de ignorar el sensor defectuoso y basarse en los instrumentos confiables restantes.
